El consumo de proteína cárnica por parte de los españoles, muy consumida durante la pandemia y la etapa de restricciones, fue en 2022 inferior que en años anteriores. Una tendencia que se viene observando desde 2008. Este es uno de los datos novedosos que se desprende del ‘Informe sobre el Consumo Alimentario en España 2022’, presentado ayer por el Ministro de Agricultura, Luis Planas.
Otra aspecto relevante que refleja este informe es que a lo largo de 2022 se ha reducido el número de consumidores que podrían considerarse plenamente omnívoros en beneficio de flexitarianos, vegetarianos y veganos.
Según se desprende del informe, la compra de carne -que incluye carne fresca, carne congelada y carne transformada– se ha reducido un 12,7 %, aunque la facturación de este producto decrece a un menor ritmo (5,4 %), debido a que el precio medio crece un 8,4 % con respecto al 2021.
El informe compara la evolución con la época prepandémica, apreciando un decrecimiento en el volumen incluso superior (13,4 %), aunque el valor aguanta mejor la caída (1,9 %), debido a que el precio medio es un 13,3 % superior.
La carne, la categoría que más presupuesto abarca en los hogares
El ‘Informe sobre el Consumo Alimentario en España 2022’ revela que la proteína cárnica es la categoría que más proporción del presupuesto acapara en los hogares.
El estudio constata que el 19 % del valor para alimentación y bebidas en el hogar fue destinado a la compra de carne durante el año 2022, lo que supone el equivalente a un gasto de 303,60 € por persona al año, una cantidad un 5,3 % inferior a la del 2021 y un 2,2, % inferior a la de 2019.
Por su parte, el consumo per cápita fue de 39,07 kilos per cápita al año, una ingesta que disminuye un 12,7 % con respecto a 2021 y un 13,7 % desde 2019.
Evolución de las compras por tipo de proteína cárnica
La tendencia decreciente en el consumo de carne se observa en cualquiera de los tres tipos de carne. En este sentido, tal y como señala el informe presentado ayer por el MAPA, el 70,6 % de los kilos de carne que se adquirieron en 2022 para consumo doméstico fueron de carne fresca, aunque este segmento experimentó una reducción de la demanda del 13,8 % con respecto al año anterior. En valor, este segmento alcanzó una cuota del 63,5 %, aunque también retrocede, en un 5,8 % con respecto a 2021.
La categoría carne fresca incluye los siguientes tipos de carne: carne de vacuno, carne pollo, carne de ovino/caprino, carne de cerdo, carne conejo, otras carnes frescas (avestruz, pavo, resto de carnes frescas no contempladas anteriormente), despojos ternera, despojos pollo, despojos cordero, despojos de cerdo, despojos de otras procedencias.
La carne fresca de pollo es quien lidera el segmento de carne fresca, aunque pierde un 12,9 % de demanda con respecto al 2021. Mientras, en valor representa el 28,3 %, siendo el tipo de carne fresca que mejor aguanta
la caída en facturación, perdiendo un 1,2 % de valor con respecto al 2021.
Por otro lado, la carne fresca de cerdo fue el segundo tipo de carne con mayor proporción de volumen dentro del segmento. Su cuota alcanzó el 31,2 % en volumen, con una correspondencia en valor del 30 % y aunque pierde tanto volumen como valor, lo hace a un ritmo inferior al promedio (10,8 % y 4 % respectivamente).
Por último, la carne fresca de vacuno se ha situado como el tercer tipo con mayor proporción de compras. Es responsable del 13,9 % del volumen total de la categoría, siendo su correspondencia en valor mucho más alta (22 %), aunque también pierde intensidad de compra, perdiendo un 19,3 % de volumen y un 10,5 % de valor.
En cuanto a la carne transformada, esta se situó con cuotas en volumen y valor del 27,0 % y 34,9 % respectivamente, ganando presencia en el mercado con respecto al 2021 debido a que es el tipo de carne que mejor aguanta la caída, tanto en volumen como en valor, reduce un 4,9 % su compra y un 8,9 % su facturación.
Esta categoría incluye jamón curado y paleta, lomo embuchado normal e ibérico, chorizos, salchichón y salami, fuet y longanizas, jamón cocido, paleta cocida y fiambres, entre otros.
Con respecto al 2019, los hogares adquirieron un 7,4 % menos de estos productos, aunque pagaron por ellos un 11,1 %
más, lo que ha provocado que, en términos de facturación, este sector haya crecido un 2,9 % con respecto al 2019.
Los hogares españoles destinaron en 2022 a esta categoría el 6,64 % del presupuesto medio, lo que implica un gasto por persona en el año de 106,03 €, una cantidad un 3,9 % inferior a la de 2021 aunque un 2,6 % superior a la de 2019.
Por último, la compra de carne congelada supuso un 2,4 % del total, tras disminuir un 16,1 %. Su cuota en valor fue del 1,6 %, facturando un 21,4 % menos que en 2021.
Canales de compra
El ‘Informe sobre el Consumo Alimentario en España 2022’ también analiza los canales con mayor proporción de compra de proteína cárnica.
En este sentido, el supermercado y autoservicio son los canales que concentraron en 2022 mayor proporción de compras de carne, con casi la mitad del mercado (49,6 %). Además, aguanta la caída mejor que el promedio, perdiendo un 10,4 % de volumen (vs 12,7 % del mercado).
El volumen comprado de carne se redujo para todos los canales, siendo la caída más pronunciada la de la tienda descuento, que perdió un 18,6 %. Le sigue la contracción en las compras de la tienda tradicional, con un 13,5 %
de retroceso en volumen, siendo esta plataforma responsable de distribuir el 21,2 % del volumen total de carne.
Por su parte, el hipermercado y el e-commerce perdieron un 16,9 % y un 14,4 % de volumen con respecto al 2021. En cuanto al e-commerce, este representa en este producto un 1,5 % del volumen distribuido, una proporción inferior a la del resto de la alimentación (2,3 %).
