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Las carnicerías reclaman una moratoria para VeriFactu y ayudas específicas para su implantación

Por Beatriz DeparesResponsable de contenidos de Cárnica

Las carnicerías, a través de CEDECARNE, se han unido a panaderías y pescaderías para reclamar al Gobierno una moratoria en la entrada en vigor de VeriFactu y un paquete de ayudas específico para el comercio de proximidad.

En un manifiesto conjunto, las tres organizaciones alertan de que el nuevo sistema de facturación puede poner contra las cuerdas a miles de pequeños establecimientos si no se adapta a su realidad tecnológica y económica.

Qué es VeriFactu y por qué inquieta al comercio cárnico

VeriFactu es el nuevo sistema de facturación electrónica que obligará a sociedades y autónomos a utilizar programas certificados y a enviar la información de sus facturas a la Agencia Tributaria de forma segura y prácticamente inmediata.

CEDECARNE comparte el objetivo de transparencia fiscal, pero subraya que la mayoría de las carnicerías y pollerías son microempresas o autónomos con muy pocos recursos humanos y económicos. Además, muchas veces estos establecimientos cuentan con una fuerte brecha digital y no disponen de departamentos propios de administración o informática.

Según el manifiesto, la implantación de VeriFactu tal y como está planteada implicará:

  • Costes de adquisición de software y equipos informáticos.
  • Necesidad de asesoramiento técnico continuo.
  • Tiempo adicional para gestión administrativa en negocios ya muy ajustados de personal.

Moratoria y trato diferenciado para los pequeños comercios

Las organizaciones proponen que la implantación de VeriFactu se haga de forma gradual y con criterios de proporcionalidad. Sobre la base de la experiencia del sistema TicketBAI en el País Vasco, reclaman:

  • Una moratoria mínima de dos años para el comercio de proximidad, incluyendo carnicerías, charcuterías y pollerías.
  • Exoneraciones para autónomos mayores de 60 años sin personal a su cargo, que siguen al frente de muchos establecimientos tradicionales.
  • Flexibilidad para colectivos vulnerables, con prórrogas o condiciones especiales para negocios con baja capacidad tecnológica o económica.

El documento incide en que «no se puede tratar igual a una gran empresa que a una carnicería de barrio» y pide que la normativa tenga en cuenta el tamaño y la estructura de estos negocios.

Un plan de choque para facilitar la adaptación

Además de la moratoria, CEDECARNE y el resto de firmantes plantean un auténtico plan de choque, con tres líneas de actuación: apoyo económico, apoyo técnico y formación.

Entre las medidas económicas, el manifiesto propone:

  • Subvenciones para la compra de software y hardware de facturación.
  • Deducciones fiscales en IRPF o Impuesto de Sociedades ligadas a la inversión en VeriFactu.
  • Líneas de financiación bonificadas para acometer la adaptación tecnológica.

En el plano técnico y formativo, las organizaciones reclaman:

  • Guías prácticas específicas para microempresas del comercio de alimentación.
  • Servicios de acompañamiento digital a través de asociaciones sectoriales.
  • Cursos gratuitos, presenciales y online, para propietarios y personal de tienda.

El objetivo es que la digitalización “no se convierta en una barrera de salida” para negocios viables que prestan un servicio esencial en barrios y pueblos.

Referencia a otros modelos europeos

El manifiesto recuerda que otros países están optando por calendarios más largos y escalonados. Cita el caso de Francia, donde se prevé una fase piloto en 2026 y la obligación progresiva según el tamaño de empresa, dejando más margen a pymes y microempresas e incluso apuntando a una armonización europea en torno a 2028–2030.

Por ello, CEDECARNE, CEOPPAN y FEDEPESCA piden que España adopte una implantación flexible de VeriFactu hasta 2028, con exenciones, ayudas y acompañamiento específico para el comercio de proximidad.

El mensaje que lanzan al Gobierno es claro: modernizar la facturación sí, pero “sin dejar atrás” a las carnicerías y al resto de pequeños establecimientos que sostienen el tejido comercial y el abastecimiento diario en barrios y municipios.

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