Los servicios veterinarios oficiales de la Generalitat de Catalunya han notificado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) la detección del virus de la peste porcina africana (PPA) en dos jabalíes silvestres hallados muertos en Bellaterra (Barcelona) el pasado 25 y 26 de noviembre. Las muestras fueron analizadas por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), que ha confirmado el positivo.
Se trata del primer foco de PPA en España desde noviembre de 1994, lo que pone fin a más de tres décadas de ausencia de la enfermedad en el territorio nacional. Este mediodía está prevista una reunión del MAPA con el sector para evaluar la situación.
El sector ya trabaja coordinado
El sector se ha puesto a disposición del Ministerio de Agricultura y la Generalitat de Cataluña ya que el problema por el momento se ciñe a animales salvajes de una zona muy limitada. INTERPORC está trabajando junto al resto del sector y las autoridades nacionales y regionales para evaluar el alcance de estos casos.
“El hecho de que se hayan detectado de forma temprana dos casos en jabalíes silvestres pone de manifiesto el sobresaliente nivel de vigilancia y control de la sanidad animal de nuestro país, así como la buena coordinación entre las diferentes administraciones, que han activado el correspondiente Plan de Contingencia”, señalan des de INTERPORC.
Activado el protocolo frente a PPA en la región de Barcelona
Los dos jabalíes silvestres han aparecido muertos a aproximadamente un kilómetro de distancia entre sí, en las inmediaciones del campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), en Bellaterra.
Tras la confirmación de la enfermedad, se ha activado el manual práctico de operaciones de lucha contra la PPA, que contempla, entre otras medidas:
- Delimitación de la zona infectada en torno al punto de detección.
- Búsqueda activa y retirada bajo control oficial de cadáveres de jabalíes silvestres.
- Prohibición de la caza en la zona para evitar el desplazamiento y dispersión de los jabalíes hacia áreas libres.
- Restricción de actividades no esenciales que puedan favorecer el movimiento de fauna silvestre.
- Refuerzo de la vigilancia pasiva (notificación y análisis de animales hallados muertos o enfermos).
- Incremento de las medidas de bioseguridad en las explotaciones porcinas cercanas y visitas oficiales para verificar su cumplimiento.
De forma paralela, se han iniciado ya las investigaciones epidemiológicas para tratar de determinar el posible origen de la infección en estos animales salvajes.
Plan de contingencia activado y perímetro de 20 km
El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural tiene establecido un Plan de Contingencia que se activa automáticamente en cuanto se confirma un caso de PPA, tanto en fauna salvaje como en ganado doméstico.
Desde primera hora de hoy, técnicos del Departamento y agentes rurales han comenzado a aplicar las medidas previstas en la zona de los positivos: búsqueda de animales muertos, recogida de trampas de captura y material de desinfección, traslado de estos medios a un centro logístico habilitado en Torrefer, con el objetivo de “blindar” el perímetro y evitar la salida de jabalíes de la zona de vigilancia, definida con un radio de 20 km.
El Servicio de Sanidad Animal ha delimitado esa zona de vigilancia de 20 km en torno al foco, ha inventariado las explotaciones porcinas incluidas en ella y ha restringido los movimientos de animales vivos con destino a otras granjas o mataderos dentro de ese mismo radio.
Zonas núcleo, tampón y de vigilancia: qué implica en el territorio
El dispositivo contempla distintos niveles de control:
- Dos zonas núcleo (radios de 1 km en torno a cada uno de los puntos donde se hallaron los jabalíes) en las que se realiza una búsqueda intensiva de cadáveres de jabalí.
- Una zona tampón, teórica en forma de anillos concéntricos (radios en azul y marrón), pero que en la práctica se adapta al territorio: la zona tampón efectiva, marcada por un perímetro que se “recorta” al encontrarse con grandes núcleos urbanos como Sabadell, Cerdanyola-Ripollet, Sant Cugat y Rubí. En esta zona tampón efectiva también se inicia la búsqueda activa de cadáveres y la captura selectiva de jabalíes.
- Fuera de estas áreas, en la zona de vigilancia se refuerza la vigilancia pasiva y se ponen en marcha actuaciones de caza controlada.
Dentro de este dispositivo quedan incluidas otras localidades como Mollet, Santa Coloma de Gramenet, Montcada, La Llagosta, Santa Perpètua de Mogoda, Polinyà, Terrassa, parte de los barrios de Barcelona y todo Sabadell, además del Parque Natural de Collserola.
verde). En rojo las zonas de vigilancia.
En todas las explotaciones porcinas situadas en el radio de 20 km los servicios veterinarios han restringido los movimientos de entrada y salida de animales y han activado equipos de intervención para realizar inspecciones clínicas, análisis epidemiológicos y toma de muestras.
Impacto en las exportaciones: cierre automático a terceros países
La Generalitat subraya que la confirmación de este caso implica automáticamente el cierre de las exportaciones a terceros países, es decir, fuera de la Unión Europea.
Las exportaciones de carne de porcino representan el 19,3 % del total exportado de alimentos y bebidas por Cataluña (datos de 2024), por lo que el impacto potencial es especialmente relevante para el tejido agroalimentario catalán.
Llamamiento a extremar la bioseguridad en el porcino
El Ministerio de Agricultura ha hecho un llamamiento expreso al sector porcino para que extreme las medidas de bioseguridad y vigilancia, tanto en las explotaciones de ganado porcino como en las zonas con presencia de jabalíes y en el transporte de animales.
Asimismo, se recuerda la obligación de comunicar de forma inmediata a los servicios veterinarios oficiales de las comunidades autónomas cualquier sospecha de PPA, tanto en jabalíes silvestres como en cerdos domésticos, en cualquier punto del territorio nacional.
La detección precoz de posibles nuevos casos y la aplicación rigurosa de los protocolos de bioseguridad se consideran claves para evitar la entrada del virus en granjas comerciales y proteger la sanidad del censo porcino español, estratégico tanto para el mercado interior como para la exportación.
Una enfermedad presente en 13 países de la Unión Europea
La PPA está presente en la Unión Europea desde 2014, cuando entró a través de los países bálticos y Polonia procedente de Rusia. En la actualidad afecta a poblaciones de jabalíes silvestres y, en algunos casos, a explotaciones de cerdos domésticos en 13 Estados miembros: Italia, Alemania, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Grecia, Rumanía, Bulgaria y Croacia.
Algunos países, como Bélgica, Suecia y la propia República Checa, han logrado erradicar la PPA tras aplicar medidas muy estrictas de control y vigilancia en las poblaciones de jabalíes, en episodios asociados a incursiones puntuales de la enfermedad por “saltos a larga distancia”. El caso ahora detectado en España se enmarca en este tipo de situaciones.
Un aviso para un sector clave de la ganadería española
Por el momento, los positivos se limitan a fauna silvestre y no se han comunicado casos en granjas de porcino doméstico. Sin embargo, el hallazgo de dos jabalíes infectados en Cataluña supone un serio aviso para el sector porcino español, que llevaba 31 años libre de peste porcina africana.
La correcta aplicación de las medidas de bioseguridad en granja, el control de accesos, la limpieza y desinfección de vehículos, la gestión adecuada de subproductos, la formación del personal y la notificación inmediata de cualquier sospecha serán determinantes para evitar que este foco puntual en jabalíes tenga repercusión en las explotaciones comerciales y para mantener la imagen sanitaria y la competitividad internacional de uno de los principales sectores ganaderos del país.
Enfermedad de categoría A que no afecta a las personas
La peste porcina africana es una enfermedad vírica grave que afecta a cerdos domésticos y jabalíes, con elevadas tasas de mortalidad, pero no es zoonósica. Es decir, las personas no pueden contagiarse ni por contacto directo con los animales ni por el consumo de carne o productos elaborados a partir de ellos.
La Unión Europea clasifica la PPA como enfermedad de categoría A, lo que implica que los Estados miembros deben aplicar medidas de control y erradicación muy estrictas en cuanto se detecta un foco, con el objetivo de contenerla y eliminarla lo antes posible en las zonas afectadas.
