En la puerta de entrada al Pirineo Aragonés, rodeada de montañas se encuentra una de esas carnicerías que son mucho más que una tienda, es el punto de encuentro de un pueblo de 116 habitantes. La Carnicería Modesto es un pedazo vivo de historia situado en Escalona, Huesca.
Desde 1920, este negocio familiar ha mantenido la esencia de negocio de pueblo y el buen trato al cliente. Hoy tras 105 años, Modesto Bielsa Campo, cuarta generación al frente del negocio, continúa con la misma ilusión con la que su bisabuelo comenzó la primera vez.
Conoce junto a Cárnica y de la mano de Carpisa a la carnicería ganadora de nuestro ranking. Esta semana aterrizamos en Huesca, concretamente en Escalona, para conocer a Modesto y la historia familiar de su negocio centenario.

Una historia de reinvención y constancia
La historia del negocio comenzó hace más de un siglo, cuando el bisabuelo de Modesto, que trabajaba como herrero, perdió una parte de la vista. Lejos de conformarse, decidió reinventarse y abrió una tienda que combinaba carnicería, fonda y productos variados.
Pero su sueño se torció cuando llegó la Guerra Civil, “mi familia tuvo que huir a Francia como muchas otras familias del pueblo” nos dice Modesto. Al volver, su negocio y su casa se habían convertido en cenizas, pero una vez más su arrojo permitió darle una nueva vida a la tienda, que tras hacerse con ganado propio se especializó en la carnicería.
Ganadería propia, matadero familiar y obrador
Disponen de ganadería propia, “tenemos ovejas, y una parte de los corderos que vendemos son nuestros. El cerdo, la ternera, el cabrito… todo lo compramos a gente de aquí, de la zona. Son familias con las que hemos trabajado toda la vida”, explica Modesto.
El sacrificio de los animales se realiza en su propio matadero. En su obrador, además, elaboran embutidos, hamburguesas, salchichas y otros productos. “Todo lo hacemos nosotros, como siempre se ha hecho”, afirma Modesto.

Entre sus productos estrella está el cordero, “producto típico del Pirineo de Huesca”, y sus derivados, aunque el propio Modesto nos confiesa que cada vez se vende más ternera. También están especializados en un producto muy famoso de la zona: las chiretas, “es una cosa diferente, un derivado del cordero. Se elabora con la tripa del cordero y su carne, grasa, y arroz por dentro. Se hierve y se come en caliente. Hay que coserlo a mano, lo que lleva mucho tiempo, entonces no hay forma industrial de hacerlo”.

Cien años de historia, cuatro generaciones tras el mostrador
“Lo abrió mi bisabuelo, siguió mi abuelo, después mi padre y ahora estoy yo”, cuenta Modesto, quien tiene una meta clara: mantener vivo el legado y seguir ofreciendo carne de calidad en un entorno donde el problema de la despoblación rural hace muy complicado que sobrevivan los negocios familiares. “Estamos muy agradecidos a toda la clientela que tenemos porque nos han permitido seguir trabajando en este pueblo, vivir aquí en nuestras montañas“.
Salto al mundo digital
En 2016, decidieron dar un salto importante y abrir su tienda online. “Al principio, comprar carne fresca por Internet sonaba raro. La gente estaba acostumbrada a pedir zapatos o ropa, pero no carne”, afirma Modesto. Pero poco a poco los clientes fueron confiando, “con la llegada de la pandemia, el comercio dió un ‘Boom’!” Hoy, su tienda online es “una parte fundamental del negocio”.
Aunque Modesto reconoce que las redes sociales son una asignatura pendiente, también explica que prefiere mantener el carácter familiar del negocio. “Nos gusta hacer las cosas nosotros mismos, y eso requiere tiempo. Hemos pensado en contratar a alguien, pero cuando lo hace otra persona pierde ese carácter familiar y artesanal”, dice.
Reconocimientos a una trayectoria centenaria
Con más de 105 años de historia, la carnicería ha recibido varios premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Empresa Huesca por la trayectoria empresarial, que les fue otorgado por el 100 aniversario del establecimiento.
“Ese premio nos hizo mucha ilusión”, cuenta Modesto. “Porque no reconocía un momento puntual ni un producto concreto, sino el trabajo de todas las generaciones que han pasado por aquí. Detrás de cada año hay esfuerzo, sacrificio y cariño por lo que hacemos”.

Calidad y respeto como filosofía
Más allá del producto, Modesto deja clara la filosofía de su negocio: “tratar bien a las personas y tratar bien a la carne. Buscamos ofrecer siempre la máxima calidad, al precio más justo posible, y esa es nuestra diferenciación”.

















