INTERPORC ha desarrollado un Plan Estratégico para el sector porcino, que establece ocho líneas estratégicas destinadas a abordar los desafíos futuros que se presentan.
En la presentación del documento, llevada a cabo ayer, estuvieron presentes el director de INTERPORC, Alberto Herranz, así como Pedro Rodrigo y Miguel Sabater, responsables de la iniciativa Future of Food de Deloitte, una firma de servicios profesionales con la cual se colaboró en la elaboración del plan.
Según Herranz, este plan tiene como objetivo proporcionar una hoja de ruta que “mitigue los impactos a los que se enfrenta el sector y nos prepare para competir en el nuevo escenario que se avecina“.
El director de INTERPORC explicó que el sector porcino está experimentando un cambio de tendencia después de un período de crecimiento constante en la última década (+4 % anual entre 2010 y 2021).
Durante el último año, se ha observado un aumento significativo en los costes productivos y una consiguiente disminución en el rendimiento, debido en parte a la guerra en Ucrania y las dificultades resultantes en el comercio internacional y el suministro de materias primas.
Además, Herranz señaló que el sector se enfrenta a dos desafíos importantes: las nuevas regulaciones en materia de bienestar animal y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como el aumento de la competencia mundial por parte de otros mercados exportadores.
Ante esta situación, Herranz enfatizó que el sector porcino español necesita transformarse para alcanzar su aspiración estratégica de converger hacia un modelo sostenible, resiliente, competitivo e innovador, que lo mantenga como un referente mundial y el principal pilar de la soberanía alimentaria europea. Esta es la razón de ser del plan.
Plan necesario para el conjunto del sector
Sin embargo, el director de INTERPORC también subrayó que el Plan Estratégico Sector Porcino requiere la participación activa de todos los actores del sector para lograr el éxito, así como la implementación de un conjunto de iniciativas críticas a nivel individual y sectorial.
Este plan establece ocho líneas estratégicas, según explicó Miguel Sabater, gerente sénior de Monitor Deloitte. Estas líneas incluyen el fortalecimiento de la imagen y la reputación del sector, el impulso de políticas de bioseguridad, el desarrollo de productos y mercados de alto valor, la transformación de la cadena de valor hacia un modelo más competitivo, sostenible y resiliente, la atracción, desarrollo y retención del talento necesario, la promoción de la inversión en investigación, desarrollo e innovación en sostenibilidad y producto, así como la potenciación de la economía circular en toda la cadena de valor y la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio para el sector en el futuro.
Además de estos ocho objetivos, se definen 22 iniciativas independientes, ejecutables y transversales a todo el sector, con el fin de desarrollarlos.
Sabater resaltó que la implementación de estas líneas estratégicas no solo generará ingresos adicionales, sino que también representará una excelente oportunidad para mejorar la reputación del sector. Al adoptar prácticas sostenibles y promover el uso eficiente de los recursos, se puede garantizar que el sector sea reconocido como líder en economía circular en España.
