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La Comunitat Valenciana sufre la desaparición del 45 % de sus granjas cunícolas en seis años

Por Beatriz DeparesResponsable de contenidos de Cárnica

La situación en el sector cunícola de la Comunitat Valenciana se ha vuelto alarmante. Según denuncia La Unió, en el periodo comprendido entre 2018 y 2024 se ha pasado de contar con 166 granjas a tan solo 90, lo que implica el cierre de casi la mitad de estas explotaciones.

Durante una visita a una granja en Atzeneta del Maestrat, al Matadero Penyagolosa de Llucena y a una carnicería en l’Alcora, la organización constató cómo la economía circular y de proximidad se ven amenazadas por el drástico descenso en la actividad cunícola. En estos procesos, el granjero suministra conejos al matadero, que a su vez prepara la carne para la carnicería, distribuyéndola dentro de un radio de 30 kilómetros.

Pérdida de plazas y consumo

Además de la reducción en el número de granjas, el sector ha sufrido la pérdida de 36.000 plazas de conejos en el mismo periodo y, en la última década, la venta de conejos para sacrificio se ha desplomado en 3 millones, es decir, un 53 % menos. Curiosamente, la disminución en el sacrificio en toneladas se mantiene casi estable, con solo un descenso del 1,5 %.

Una de las causas de este declive es la notable reducción en el consumo de carne de conejo. En 2004, el consumo en España alcanzaba los 1,6 kg por habitante al año, mientras que en 2023 se redujo a 0,7 kg, una caída del 55 %. Este retroceso se debe, en gran medida, a factores culturales que limitan el consumo a unos pocos países de la Unión Europea, entre los que se encuentran Portugal, Italia, Francia y España. Como consecuencia, actualmente sólo operan cuatro mataderos de carne de conejo en la Comunitat Valenciana (tres en Castellón y uno en Valencia).

El sector reclama medidas de apoyo y promoción

Ante este panorama, La Unió insta a la Conselleria de Agricultura a mantener las ayudas directas a los productores, esenciales para sostener el volumen de granjas existentes, especialmente en un sector que enfrenta pérdidas económicas continuas y dificultades de relevo generacional. Alejandro Monfort, productor cunícola de la organización, subraya: “Futuro hay en el sector, pero falta que se nos apoye para mantenernos los que quedamos”. El precio del conejo se ha mantenido estable, variando en función del encarecimiento de los insumos, como el pienso.

La organización también solicita que tanto la Conselleria como el Ministerio de Agricultura impulsen campañas de promoción de la carne de conejo, dirigidas especialmente a los estratos más jóvenes. Resaltan las propiedades saludables de esta carne, rica en proteína, baja en grasa y con un alto contenido de fósforo, potasio, vitamina B y hierro, y proponen su inclusión en los menús de colegios, residencias y hospitales. Asimismo, se hace un llamado a diversificar los cortes de la carne, evitando que se limite al tradicional uso en la paella dominical. Un ejemplo de esta diversificación es la Carnicería Inés de l’Alcora, que cada semana elabora más de 120 hamburguesas de carne de conejo, producto que se agota rápidamente, especialmente entre deportistas que lo incorporan en sus dietas.

Con estas medidas, La Unió busca reactivar un sector que, pese a los desafíos, aún conserva el potencial para contribuir a la economía rural y a la promoción de una alimentación saludable basada en productos de proximidad.

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