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Enrique Tomás

28 de septiembre, Día del Jamón

Por Miriam PérezDirectora del área Cárnica

El próximo 28 de septiembre se celebra el Día del Jamón. Esta iniciativa se ha difundido por parte de la empresa Enrique Tomás y busca destacar la importancia del jamón ibérico en la gastronomía y su relevancia a nivel global.

Desde Enrique Tomás consideran vital que la gente se identifique y haga propio este próximo día del jamón, ya que según su propio fundador, el jamón “no solo es el mejor producto gastronómico del mundo, es que solo se hace aquí, en la península ibérica. Debemos celebrar este día con orgullo ya que el jamón es la única bandera que realmente nos une a todos”.

Jamón Ibérico, tesoro de la gastronomía

El jamón ibérico es un verdadero tesoro de la gastronomía española, conocido y valorado en todo el mundo por su sabor inigualable y calidad excepcional. Más que un simple alimento, según Enrique Tomás, representa una tradición centenaria que forma parte de la identidad cultural de España, aspectos que se quieren poner de relevancia en este día.

“Este día no solo sirve para promocionar el jamón ibérico, sino que pretende consolidarse como una efeméride dedicada a ensalzar la calidad de este producto, educar al público sobre sus beneficios y generar un reconocimiento más amplio de su valor en el mundo”. Tal y cómo han informado desde la empresa, “durante la jornada, se llevarán a cabo degustaciones y charlas para todos aquellos que deseen conocer más de cerca este emblema de la gastronomía española”.

Desde la empresa y el sector se quiere destacar además que “el jamón ibérico no solo es reconocido por su sabor, sino también por sus destacadas propiedades nutricionales. Es una fuente importante de proteínas, grasas saludables y minerales esenciales como el hierro y el zinc, además de contener ácido oleico, que contribuye a mejorar los niveles de colesterol bueno y a prevenir enfermedades cardiovasculares.”

Asimismo, el jamón ibérico es parte de un ciclo sostenible en la dehesa, un ecosistema que promueve la biodiversidad y protege el equilibrio natural. Los cerdos ibéricos viven en libertad y se alimentan principalmente de pasto y bellotas, lo que no solo mejora la calidad de la carne, sino que también apoya la conservación del entorno natural, en perfecta armonía con la naturaleza y las comunidades locales.

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