Este domingo, 25 de julio, Tané Hermetic ha cumplido 100 años de historia y aunque el COVID ha impedido a Jaume Tané, tercera generación y actual gerente de la compañía, celebrar dicha efeméride “tal y como lo tenía pensado”, confía en poderlo festejar el año que viene con la intención de devolver “el calor y el soporte que la gente ha dado a la empresa” a lo largo de estos cien años.
Aunque Tané inició su andadura siendo una empresa de carpintería tradicional en el centro de Olot (Gerona) su evolución hizo que a partir de 1970 la empresa pasara a convertirse en una fábrica de puertas técnicas para la industria alimentaria y el frio industrial, diversificando la actividad también a la producción de puertas herméticas en áreas críticas de otros sectores tal como el sector médico, salas blancas y laboratorios farmacéuticos. Con el tiempo, la compañía se ha ido especializando también en puertas acústicas de gran tamaño y puertas cortafuegos especiales (combinadas frigoríficos-cortafuegos, cortafuegos herméticas).
“Esta diversificación de sectores nos ha hecho crecer con mucha fuerza en la internacionalización de la empresa y hoy en día se encuentran puertas Tané en industrias, teatros, hospitales y laboratorios de todos los continentes del mundo”, explica Peter De Jaeger-Ponnet, director comercial de Tané Hermetic al área Cárnica de C de Comunicación.
Tras 100 años “seguimos siendo una empresa con carácter familiar, pero tanto organizativo como a nivel de procesos productivos se ha modernizado muchísimo la empresa y las tres generaciones Tané han y están dando su toque personal a la empresa durante estos 100 años de existencia”.
Un centenario marcado por el COVID
La irrupción de la pandemia no solamente ha modificado los planes de celebración del centenario sino que también se ha hecho notar en la evolución de Tané. “Debido al COVID, se ha notado una ralentización en nuestros mercados y un retraso en la toma de decisión de inversiones durante la mitad de 2020 y 2021, pero estamos animados con la entrada de proyectos y creemos recuperar muy rápido la normalidad”, explica Peter De Jaeger-Ponnet.
Tané, que factura alrededor de 8,5 y 9 millones de euros al año, ha renovado recientemente todo el parque de máquinas de sus instalaciones “para seguir siendo fuerte en el futuro y continuar fabricando puertas de alta calidad para las próximas generaciones”.
La clave de su éxito
“Nuestra existencia centenaria en el mercado nacional nos da una posición relativamente confortable, pero gran parte de nuestra actividad también viene influenciada por las inversiones, ampliaciones y reformas que se hacen en las industrias. Por ello hay que tener mucha flexibilidad organizativa para poder responder a las fluctuaciones en los diferentes mercados y tener capacidad productiva para poder responder a los diferentes tamaños de obras que nos enfrentamos”, indica el director comercial de Tané.
Pero “llegar al centenario no sería posible sin el soporte y la fidelidad de muchos clientes que han depositado su confianza en nuestra empresa durante muchos años”, recuerda, por ello, subraya, “nuestros objetivos e hitos principales son no defraudar a esta confianza de nuestros clientes y ser la opción preferida como colaborador global competitivo”.
Una parte muy importante del negocio radica en las exportaciones, en este sentido, su principal hito es “consolidarnos y paso a paso ir abriendo nuevos mercados”.
