La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha reconocido al matadero municipal ecológico de Aínsa-Sobrarbe con el ‘Premio a las Buenas Prácticas Locales por la Biodiversidad’ en la categoría de ‘Biodiversidad e Impulso Económico’. El galardón destaca su modelo de funcionamiento circular y su impacto positivo en el territorio.
El premio, entregado en el marco de la V edición convocada por la Red de Gobiernos Locales +Biodiversidad de la FEMP, reconoce proyectos impulsados desde 2019 que promuevan la conservación de la biodiversidad en el ámbito local.
El de Aínsa ha destacado entre 34 candidaturas por integrar sacrificio ecológico, gestión responsable de residuos y generación de actividad económica en un entorno rural de montaña.

Una infraestructura clave para el norte de Huesca
Situado en el municipio de Aínsa, el matadero municipal da servicio a ganaderos de las comarcas del Sobrarbe y la Ribagorza, zonas donde no hay alternativas cercanas. “Tenemos ganaderos que vienen desde 50 kilómetros porque no tienen otra opción más próxima”, explica Enrique Pueyo, alcalde de Aínsa a Cárnica. Tras una remodelación iniciada en 2021, el matadero ha duplicado su capacidad de sacrificio y aumentado el número de ganaderos y clientes que lo utilizan.
En cifras, actualmente trabajan con 42 explotaciones ganaderas y 19 clientes finales (entre carnicerías y restaurantes), frente a las 26 explotaciones y 14 clientes que tenía en 2023. El balance del último año también refleja un aumento del sacrificio: 365 canales de ovino, 57 de caprino y 336 de bovino en 2024.
Producción ecológica y economía circular
Desde 2008-2009, el matadero cuenta con certificación ecológica. “No somos un matadero industrial, es todo más cercano y controlado. El ganadero está presente cuando se sacrifican sus animales”, comenta Pueyo. El sacrificio se realiza un día a la semana, los jueves, empezando siempre por los animales ecológicos, para garantizar la separación con los convencionales.
Una de las prácticas más valoradas por el jurado del premio ha sido su modelo de residuo cero: los subproductos del matadero no se incineran, sino que se destinan a un comedero de aves, donde alimentan a quebrantahuesos, buitres y otras especies protegidas. “El animal nace aquí, se cría aquí, se sacrifica aquí y sus restos alimentan a la fauna local. Cerramos el círculo”, resume el alcalde.
Un modelo de gestión compartida

El matadero, de titularidad municipal, está gestionado en colaboración con la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, que ya trabajaba previamente en la recogida de los restos animales. La alianza ha permitido profesionalizar la gestión sin que el ayuntamiento asuma toda la carga administrativa y operativa.
El proyecto de Aínsa demuestra que es posible combinar actividad económica, compromiso con el territorio y conservación de la biodiversidad. “Cada vez hay más ganaderos interesados en el ecológico. Nosotros estamos preparados para acompañarlos”, concluye Enrique Pueyo.
Una trayectoria reconocida
El galardón otorgado por la FEMP se suma a una serie de reconocimientos que avalan el recorrido del matadero de Aínsa como modelo de sostenibilidad. En 2022, el proyecto fue distinguido con el Premio Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Un año después, recibió el Premio CONAMA a la economía circular, en reconocimiento a su sistema de gestión de residuos y su impacto positivo en el territorio. Además, la Red Municipio Escolar de Agroecología ha destacado su labor divulgativa, valorando su papel como herramienta educativa en torno a la producción de carne ecológica y el respeto al entorno natural.












