Mañana día 27 de abril se celebra el Día Mundial del Veterinario y desde Cárnica hemos querido reivindicar su figura a través de diferentes actores del mundo de la veterinaria para tener una visión completa de la misma.
Hemos conocido el día a día de un veterinario rural, el mensaje y reivindicación de las asociaciones a nivel mundial y además, el trabajo que se está realizando a nivel nacional y europeo para mejorar su situación ya que actualmente se están dando diferentes vicisitudes. Una de las más importantes es el abandono de profesión que se está dando en los últimos años ante el no cumplimiento de las expectativas por parte de los profesionales, provocado por las decisiones “emocionales” que se producen a la hora de la elección de esta Carrera, influenciada de alguna manera por distintos realitys o series de televisión que dan una imagen idílica “que no es la que se corresponde con el día a día del veterinario”.
De estas cuestiones hemos querido hablar con Álvaro Mateos Amann, Miembro de la Junta Ejecutiva de la Sección de Salud Pública de la Federación de Veterinarios Europeos (FVE) y presidente de AVESA, o como él mismo se define “un veterinario con corbata”, para explicar el por qué aparece “trajeado” en las imágenes y entrevistas. “No tendría sentido aparecer en con pijama o bata blanca, por que mi trabajo en salud pública se hace en traje y corbata”, tal y cómo nos lo traslada a los largo de la conversación. Esto es lo que nos ha contado:
Pregunta. Cada vez hay más demanda para estudiar la Carrera de Veterinario, pero sin embargo, denunciais desde la FVE, que os cuesta encontrar profesionales para cubrir puestos… ¿A qué nivel?
Respuesta. Sí, así es. Sobre todo en áreas relacionadas con la producción de alimentos. A nivel nacional, hablamos del mundo rural. A nivel europeo, también cuesta encontrar veterinarios para trabajar en salud pública. Aproximadamente el 25% de los estudiantes europeos que estudian la carrera, abandona la profesión en menos de 5 años.
P. ¿A qué se debe este abandono?
R. En mi opinión, yo creo que es por la mala identificación y selección por parte de los estudiantes de la carrera, y por parte de la profesión, la mala comunicación sobre la misma. La mayor parte de los compañeros que estudian veterinaria se quieren dedicar a animales exóticos. Está claro que los puestos de trabajo dedicados a este tema, son menores, que la demanda, por eso no todos podrán hacerlo.
Y por otro lado, una gran mayoría también quiere dedicarse a pequeños animales o mascotas, y el mercado está masificado. Esta situación produce frustración, la gente tiene unas expectativas respecto a su futuro que no encuentra y por eso se producen las salidas.
Tenemos que poder comunicar mejor a los estudiantes que tenemos una profesión muy bonita, con muchas salidas.
P. ¿Cuántos veterinarios se necesitan para cubrir las vacantes en el mundo rural en España?
R. No tengo el dato pero te puedo decir que hoy en día tenemos que poner en práctica la legislación comunitaria referida al veterinario por explotación, recientemente pospuesta hasta mayo por el MAPA, y obviamente vamos a tener que organizarlo.
Amén de que nos damos cuenta de la importancia del veterinario de cara a próximas pandemias. En la reunión de la FVE, celebrada esta semana en Bruselas, hemos hablado de cómo prepararse y cómo trabajar activamente en positivo en este sentido. Necesitamos veterinarios que sepan desde el principio a dónde quieren dirigirse y eso creará menos frustración, porque es una carrera excitante y que te llena, pero hay que entender que hay vida más allá de los exóticos.
P. Crees entonces que series de televisión como ‘El increíble Dr. Pol’ y sus famosos prolapsos uterinos a las vacas, ¿no os está ayudando a atraer veterinarios para las vacantes necesarias?
R. Son desastrosas. Dan una imagen que no se corresponde con la realidad de la profesión, ni mucho menos. Comunican un mundo que no es el real. Obviamente sí que hay casos clínicos, pero el día a día es mucho más duro que lo que se comunica y las cosas son más difíciles. Te encuentras con problemas de desplazamiento, falta de servicios, etc o con dificultades de conciliar y hacer guardias. Este es uno de los mayores problemas que tenemos también, la falta de tecnología en medios rurales. Necesitamos que se incrementen las conexiones WIFI y que se mejoren las condiciones para que los profesionales puedan vivir de forma cómoda en zonas rurales y desempeñar su trabajo agusto.
P. ¿Por qué la sociedad tiene que ser consciente de la importancia de un veterinario para ganado? ¿En qué les afecta?
R. Cada profesión contribuye a la sociedad con su granito de arena. Y los veterinarios tenemos la capacidad de tener una visión completa del mundo que nos rodea, rural, natural… Por ejemplo, llevamos años hablando de sostenibilidad, que ahora se ha puesto de moda y en la ganadería tenemos muchos ejemplos en los que se utilizan modelos de gestión y razas, por ejemplo, que no se podrían aprovechar desde el punto de vista industrial. Pero si que es cierto, que no hemos sido capaces de transmitirlo.
Además, en el tema de la producción de gases, la ganadería es una parte ínfima, tan solo representa el 18% y en este porcentaje se incluyen otras actividades. Por ejemplo, no se conoce que la fijación de carbono a través de la producción de hierba, sólo se aprovecha por los rumiantes a través de los piensos forrajeros.
Hemos comprado el mensaje de que la ganadería no es sostenible lanzados por determinados medios de comunicación y movimientos sociales interesados sin profundizar sobre si era correcto o no. La buena noticia es que creo que está cambiando y la profesión veterinaria tiene mucho que decir en esto.
P. ¿Crees que la sociedad valora a los veterinarios rurales?
R. No. Hemos sido una profesión muy individualista, poco corporativa, y con malos comunicadores tanto a nivel externo como interno. Nos hemos dado cuenta de que no hemos sabido comunicar los valores a nivel interno para que vayamos todos juntos en la misma dirección. Y tampoco hemos sido capaces de comunicar de forma efectiva, fácil y sencilla a la sociedad nuestra labor.
Esto es la parte mala, la buena es que somos una profesión humilde y siempre dispuesta a ayudar a la población.
P. ¿Estáis trabajando para cambiar esta situación y mejorar la comunicación?
R. Sí. Uno de los pasos ha sido la creación de AVESA, la Sociedad Científica de Salud Pública Veterinaria. Es la única que existe a nivel nacional. Tiene como origen, precisamente, una asociación del sector cárnico, de veterinarios que trabajaban en mataderos e industrias cárnicas.
También a nivel del Consejo General se están haciendo esfuerzos y se tienen que hacer, primero en abrir las instituciones a la sociedad. A nivel nacional somos unos 34.000 veterinarios y tenemos que marcar un liderazgo activo e integrativo. El mundo es muy grande, somos una profesión con una gran variedad de frentes: producción animal, de insectos, medio ambiente, sostenibilidad, salud pública… Todo ello dentro de una perspectiva “One world, one health”, en la que estamos todos interrelacionados.
A nivel de Europa, se están haciendo acciones en Francia y Alemania, por ejemplo, en comunicación activa a los alumnos de secundaria para explicarles de forma correcta la profesión y su elección de la carrera sea acertada y no solo de forma emocional. No es suficiente “que te gusten los animales”, es necesario como decía Pasteur, “que te guste curar a la humanidad”.
Y reitero lo anterior, hay que comunicar hitos como por ejemplo los éxitos en conjunto entre los veterinarios y ganaderos españoles que han reducido el uso de colistina de forma drástica en cerdos.
No es suficiente “que te gusten los animales”, es necesario como decía Pasteur, “que te guste curar a la humanidad”.
P. Dos cuestiones prácticas que seguro que interesan a nuestros lectores y futuros veterinarios… ¿Existe oferta laboral para los que decidan tirarse a la piscina?
R. Si, hay trabajo.
P. Y la segunda, ¿están los veterinarios bien pagados en España?
R. Desgraciadamente, no. Pero somos nosotros los que tenemos que valorizar y poner en el nivel de remuneración que corresponde la profesión. En esto tenemos un gran salto y diferencia, por ejemplo, entre la remuneración en España y lo que se paga en el norte de Europa. Esto solo se consigue valorando el trabajo desde la profesión. A corto plazo es complicado, pero hay que trabajar en ello.
Si que me gustaría añadir que trabajamos por la salud pública y los servicios veterinarios siguen gravados al 21% del IVA. Esto es una anormalidad política, social y financiera. No tiene sentido que un ganadero esté recibiendo los servicios por una enfermedad que puede ser perjudicial para la sociedad tenga que lidiar con este impuesto.
Estas cuestiones redundan en la baja retribución de la profesión.
R. Por ir acabando, a nivel de igualdad, ¿tenéis paridad en la profesión?
P. A día de hoy, la profesión veterinaria a nivel de estudios es mayoritariamente femenina con un 80%. Y los profesionales de las generaciones que se están jubilando, son mayoritariamente masculinos. Más que en demanda, quizás la oferta de puestos en el mundo rural están más enfocadas a los hombres que a las mujeres. Pero a día de hoy, hay más mujeres que hombres veterinarios.
“No tiene sentido que un ganadero esté recibiendo los servicios por una enfermedad que puede ser perjudicial para la sociedad tenga que lidiar con un 21% de IVA”
P. Creo que es importante reincidir en la idea de que “puedes ser veterinario, pero sabiendo lo que significa”…
R. Sí, por supuesto. Ser veterinario es una profesión fascinante en la que tienes que estar dispuesto a darte a los demás y los resultados son muy gratificantes. En los ámbitos que trabajamos siempre son muy satisfactorios y vas a acabar el día creyendo que has dado lo mejor de ti.
