El foco de peste porcina africana (PPA) en jabalíes en la provincia de Barcelona abre una etapa de máxima tensión para el porcino español. El sector confía en encapsular el virus en la zona actual, pero no descarta escenarios más complejos. “Hay que trabajar para lo mejor, pero esperando lo peor”, resume Miguel Ángel Higuera, director de ANPROGAPOR, en conversación con Cárnica.
Mientras tanto, la zona de 20 kilómetros alrededor del foco permanece inmovilizada y la lonja de Mercolleida reacciona con una bajada extraordinaria de 10 céntimos en el precio del cerdo.
Zona de 20 kilómetros: inmovilización y muestreos repetidos
Higuera distingue claramente la situación de la zona regionalizada de 20 kilómetros y la del resto de explotaciones.
“Ahora mismo no se mueve ningún animal dentro de los 20 kilómetros del foco. En los primeros días lo imprescindible consiste en inmovilizar y muestrear”, explica. Las autoridades han tomado muestras en el 100 % de las granjas de esa área y todas han arrojado resultados negativos.
“Se ha muestreado la totalidad de las explotaciones, y desde el sector hemos pedido repetir el muestreo en una semana. Queremos verificar de nuevo que todas las granjas de la zona restringida siguen como negativas”, detalla.
Si los resultados se mantienen, se abrirá una vía de salida controlada: “En el momento en que podamos verificar que las granjas siguen como negativas, esos animales podrán ir a matadero. La carne de esa área tendrá como destino la elaboración de productos con tratamiento térmico”.
Fuera de ese perímetro, el contexto es distinto: “Más allá de los 20 kilómetros, el resto de granjas pueden seguir moviendo animales y comercializando productos con normalidad hacia España y la Unión Europea”
Regionalización con China: impacto concentrado en la provincia de Barcelona
En paralelo a la zona de 20 kilómetros, el acuerdo de regionalización con China introduce una restricción adicional.
“La regionalización que firmamos con China nos obliga a excluir la provincia completa donde salta el brote”, resume Higuera. “Eso significa que no pueden salir animales de la provincia de Barcelona para producir carne destinada a China, ni carne elaborada en industrias de la provincia para ese mercado”.
La consecuencia se concreta en ejemplos muy claros: “Un cerdo nacido y criado en Aragón, si se sacrifica en Vic, ya no puede ir a China. Y un cerdo de una granja de Vic que se sacrifica en Girona tampoco puede entrar en ese mercado, porque su origen es Barcelona”, explica.
Con todo, Higuera insiste en que el impacto se concentra en un grupo limitado de operadores: “El problema con China se circunscribe a las empresas y a los animales de la provincia de Barcelona. El resto del país mantiene su capacidad exportadora hacia ese mercado”.
En concreto las 14 empresas que se encuentran afectadas por la restricción de China son: Mafriges, Patel (Grupo Vall Companys), Le Porc Gourmet (Grupo Jorge), Matadero Frigorífico Avinyó, Costa Food Meat (Gurb), Escorxador Frigorífic d’Osona, Industrias Cárnicas Montronil, Costa Food Meat (Vic), Grupo Baucells Alimentació, Matadero Comarcal del Bages, Transports Frigorífics Esteve, Cámaras Frigoríficas Decesa, Sprendid Foods y Catalana de Embutidos.
Encapsular el virus sin perder de vista el “plan B”
En el plano sanitario, el director de ANPROGAPOR transmite una mezcla de esperanza y realismo: “Lo esperamos y lo deseamos: que el brote se quede donde está”, afirma. “Pero tenemos mucho miedo de que el virus se escape. Se lo dijimos al ministro: hay que trabajar para lo mejor, pero estar preparados para lo peor”.
La biología del virus y el comportamiento del jabalí condicionan el análisis. “Un jabalí sano puede recorrer unos 7 kilómetros al día. Con fiebre alta, como la que provoca la PPA, baja a 1–2 kilómetros. En esas condiciones, el animal tiende a volver a sus zonas de descanso”, señala.
Por eso el sector mira hacia el norte del foco: “No creemos que haya cámaras de descanso en la ciudad de Barcelona. El corredor natural sigue hacia la parte norte, y es ahí donde hay que concentrar la presión de contención para evitar que el jabalí avance”.
Higuera reconoce que el sector asumía desde hace tiempo que la PPA podía entrar: “Era algo no deseado, pero probable. Estar totalmente preparado es imposible. ¿Se está haciendo todo lo que se puede? Sí. ¿Se puede hacer más? Seguro. Necesitamos flexibilidad para ajustar las medidas cada día, si vemos que algo se puede mejorar”.
El horizonte sigue marcado por la normativa internacional: España solo recuperará el estatus de país libre de PPA doce meses después de la notificación del último caso positivo.
















