El Consell de Govern de les Illes Balears ha aprobado un decreto que regula el tamaño y la ubicación de las granjas intensivas de gallinas en el archipiélago, prohibiendo nuevas instalaciones o ampliaciones que superen las 160.000 aves. Además, se establecen distancias mínimas entre las explotaciones y los núcleos urbanos, con el objetivo de proteger el medioambiente y la calidad de vida de la población.
Distancias obligatorias según el tamaño de la explotación
El conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural, Joan Simonet, ha detallado durante la rueda de prensa posterior al consejo que las nuevas explotaciones con más de 20.000 gallinas deberán estar a al menos 2 kilómetros de zonas residenciales, distancia que aumenta a 4 kilómetros para granjas con 40.000 aves y a 6 kilómetros para aquellas con 80.000.
Simonet explicó que la medida busca evitar impactos negativos en el entorno natural y atender las preocupaciones sociales tras el rechazo reciente del Govern al proyecto de la macrogranja de Sineu. Hasta ahora, Baleares carecía de normativa específica para regular las distancias entre granjas intensivas y núcleos urbanos.
Hacia un modelo ganadero sostenibilidad
Con esta normativa, el ejecutivo balear reafirma su compromiso con un modelo ganadero sostenible que priorice el bienestar animal, la calidad ambiental y el abastecimiento local. En Mallorca, actualmente hay 17 granjas de huevos, cuatro de carne y más de 3.200 destinadas al autoconsumo, con un censo total de 400.000 gallinas.
Simonet también ha subrayado que las explotaciones con densidades elevadas de animales son consideradas por la Unión Europea como fuentes de contaminación atmosférica, lo que refuerza la necesidad de adoptar medidas para mitigar su impacto.