La Comisión Europea está llevando a cabo una revisión del etiquetado frontal de los alimentos envasados, una tarea que resulta complicada y ha generado divisiones de opinión entre países y sectores como el cárnico, lácteo y del aceite de oliva, quienes se han manifestado en contra de NutriScore, uno de los sistemas propuestos y que algunos países ya están utilizando de forma voluntaria.
Para evaluar la situación actual y proporcionar perspectivas sobre las futuras posibilidades, Competere Policies for Sustainable Development, un instituto político dedicado al análisis y promoción del comercio mundial, la innovación y las cadenas de suministro sostenibles, así como a la promoción de la nutrición sostenible, ha organizado el evento ‘Etiquetado frontal de alimentos en España y la Unión Europea: ¿Cuál es el camino a seguir?’. Durante este evento, representantes del sector alimentario y la política han expuesto sus diferentes puntos de vista sobre esta cuestión.
¿Qué opina el sector?
Horacio González-Alemán, director general de Thoffood, ha moderado el debate entre los representantes del sector, en el que participaron Giuseppe Aloisio, adjunto al secretario general de ANICE; Aurelio del Pino, presidente de ACES; Pilar Ayuso, miembro del Consejo de Administración de la OCU; Ascensión Marcos, profesora de investigación del CSIC; Gabriel Trenzado, director general de Cooperativas Agroalimentarias de España; Enrique García-Tenorio, director de la DOP Montes de Toledo, y María Martínez-Herrera, directora de sostenibilidad de ASEDAS.
Durante sus intervenciones, todos los representantes del sector coincidieron en que el etiquetado es una herramienta y que los productores seguirán ofreciendo lo mejor a la sociedad. Asimismo, estuvieron de acuerdo en que la solución radica en educar a los ciudadanos, permitiendo que los consumidores tomen decisiones informadas y ejerzan su libertad individual, sin que se les diga qué es bueno o malo, sino proporcionándoles conocimientos sobre nutrición y el funcionamiento del cuerpo. El desafío para mejorar la alimentación de la sociedad consiste en crear dietas personalizadas, permitiendo que cada persona tome decisiones según sus necesidades individuales.
A pesar de que existen algunos estudios sobre la aplicación del modelo NutriScore, no todos consideran que sea suficientemente válido y expresan su preocupación por este sistema, ya que afirman que perjudica a ciertos sectores de la industria. Sin embargo, todos estuvieron de acuerdo en la necesidad de que la Comisión Europea tenga en cuenta a los consumidores y trabaje en un modelo voluntario y armonizado a nivel europeo para evitar perturbaciones en el comercio entre los países miembros.
Durante su intervención, Pietro Paganini, presidente de Competere, ha destacado que “las etiquetas no sólo sirven para informar a los consumidores, sino que también pueden convertirse en herramientas ideológicas, políticas y comerciales. Movimientos políticos, grupos de científicos y burócratas desean que estas etiquetas indiquen a los consumidores si un producto es bueno o malo para su salud. Sin embargo, el verdadero problema radica en la mala alimentación, la desnutrición, la obesidad y las enfermedades relacionadas con estos problemas“.
¿Qué opinan los partidos políticos?
Finalmente, se llevó a cabo una mesa redonda para conocer la posición de cada grupo político sobre la situación legal en relación a este tema. Ricardo Migueláñez, director general de Agrifood Comunicación, moderó la discusión en la que participaron Ana María Romero, secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca del PSOE; Ricardo Chamorro, portavoz de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación de VOX; y Milagros Marcos, portavoz del PP en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Durante el debate, Romero señaló que el PSOE no está de acuerdo con el sistema NutriScore actual y afirmó que defienden la dieta mediterránea, por lo que consideran necesario un sistema homogéneo en toda la Unión Europea.
Marcos, por su parte, indicó que “si no podemos lograr que un sistema de colores oriente a los consumidores hacia hábitos más saludables, entonces no sirve”. Además, manifestó que “un etiquetado frontal que brinde información pero no tenga en cuenta la calidad de los productos no es el enfoque adecuado”.
El representante de VOX expresó que su partido se opone a este tipo de etiquetados y añadió que defendieron frenarlos de manera urgente, ya que no cumplen con las expectativas de proporcionar información y tratan a las personas como meros números.
En conclusión, Pietro Paganini destacó que es importante comprender que no son los ingredientes los que causan estas enfermedades, sino la combinación de la dieta y el estilo de vida en general. Además, añadió que las causas de la mala alimentación son tan complejas que los semáforos o las escalas de colores no resolverán el problema. Hasta ahora, NutriScore no ha demostrado ninguna mejora en la salud pública. Desde su implementación en Francia en 2017, los niveles de obesidad se han duplicado.
