Según la Real Academia Española, descarbonizar significa, en su primera afección, “reducir las emisiones de carbono, especialmente las que se producen en forma de dióxido de carbono”. Cuenta esta palabra con una segunda definición, que es, desde mi punto de vista, mucho más gráfica y rotunda: “limpiar la carbonilla generada en la combustión de un motor”.
La carbonilla, a diferencia del dióxido de carbono, es algo que se puede ver, tocar y oler. Estoy completamente seguro de que ninguno de nosotros quiere “carbonilla” en su empresa, en su lugar de trabajo, en su domicilio o en su lugar de vacaciones, ¿verdad? Pues por la misma razón, y aunque no se vea, también queremos minimizar el dióxido de carbono en nuestras vidas.
La descarbonización es un todo formado por muchas partes, es algo que no cuenta con un modelo estándar, más que nada porque cada entidad, cada empresa, cada vivienda, colectivo o individuo puede requerir una solución distinta a la anterior. La descarbonización es un proceso, es un compromiso, es una inversión, es un cambio de hábitos, influye incluso en la conciencia y en la forma de entender la vida y de relacionarnos con ella.
De la COP a la invasión de Ucrania
El término descarbonización ha ido adquiriendo cada vez más relevancia en las sociedades avanzadas a través de las distintas cumbres de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (también conocidas como COP) en las que se han venido entablando tensas conversaciones entre los países participantes (y también los ausentes) a cuenta de la reducción de las emisiones de CO2 y la consiguiente búsqueda de contención de la temperatura media del planeta. No es menos cierto que, lo tratado en la COP era algo como bastante lejano a los ciudadanos como tú o como yo… hasta que Rusia invadió Ucrania.
Es en ese momento de enorme tensión para el Viejo Continente cuando los países miembros de la Unión Europea (y otros ajenos a la propia UE), se dan cuenta de la enorme dependencia energética (gas y petróleo) que se tiene del país gobernado por Putin. Llegados a este punto, se decide acelerar la transición energética -que hasta entonces iba a paso de tortuga- y comienzan a activarse medidas, normas, regulaciones y dotaciones multimillonarias a favor de la descarbonización, apostando el todo a la utilización de fuentes de energías más limpias y renovables, principalmente la solar y la eólica, así como gases renovables como el hidrógeno verde. En este entorno, la electrificación se convierte en la gran protagonista.
Descarbonizar tiene lo suyo
Cambiar el modelo productivo que una empresa lleva aplicando durante 20, 30 o 50 años no es algo fácil ni que pueda realizarse de la noche a la mañana.
En un proceso de cambio, de transformación de modelo, donde debe pasarse de sistemas, tecnologías, equipamientos, herramientas, maquinarias y soluciones basadas en fuentes de energía convencionales, a nuevos modelos que permitan prescindir de energías o combustibles de origen fósil, al tiempo que la empresa mantiene su actividad, requiere una dedicada y rigurosa planificación, una dotación presupuestaria específica, y sobre todo, una clara y decidida apuesta de compromiso en la aplicación de las nuevas metodologías.
Pero descarbonizar no solo es cambiar la fuente de energía de origen fósil por otra fuente de origen renovable. Descarbonizar también implica adoptar nuevos procesos, optimizar tareas, invertir en tecnologías más eficientes (es decir, obtener al menos el mismo resultado consumiendo menos recursos), investigar en nuevas materias primas, e incluso replantear la relación con los propios proveedores, de tal forma que estos terceros también se conviertan en un eslabón más del proceso de descarbonización de la empresa, tal y como avanza el Parlamento Europeo con la aprobación de la nueva Directiva de Debida Diligencia en Sostenibilidad Corporativa (CS3D). El objetivo tiene que abarcar todo el ciclo de vida del producto o servicio que se fabrique, de tal manera que desde su diseño y hasta su retirada al final de la vida útil, ofrezca el menor impacto posible al medio ambiente.
Más ventajas que inconvenientes
Pero todo tiene su lado positivo. A los esfuerzos e inversiones que deben aplicarse en pro de la descarbonización, vienen de la mano los grandes beneficios que todo ello conlleva y que permitirá a las empresas pasar al siguiente nivel.
Es en este nivel de la descarbonización implantada donde aquellos que han realizado el esfuerzo se empiezan a encontrar en una situación de independencia energética (porque por ejemplo, ahora parte o el total de tu energía procede del sistema fotovoltaico que has implantado), pero también comenzarás a disfrutar de un ahorro efectivo de costes, precisamente porque ya no estás supeditado a las fluctuaciones del mercado de la energía. Por otro lado, si has adoptado medidas o fórmulas de eficiencia energética (iluminación led, sistemas avanzados en climatización, vehículo eléctrico, domótica, etc.), verás cómo para hacer lo mismo o incluso obteniendo más, necesitas menos consumo energético, al tiempo que obtienes también mayor confort. E incluso podrás obtener beneficios económicos directos por medio de los Certificados de Ahorro Energético (CAEs) o por ayudas, subvenciones o exenciones en impuestos o tasas.
Y si en todo ese proceso has involucrado además a tus proveedores, consiguiendo que también ellos sean cada vez más eficientes, estaréis dotando a vuestros productos o servicios de un identificador de compromiso medio ambiental y de apuesta por la sostenibilidad.
Por todos estos motivos, porque somos conscientes del interés que suscita para muchas empresas de diferentes sectores industriales ver cómo afrontar o mejorar sus procesos de descarbonización y cómo pueden llevarse a cabo, qué normativas deben cumplirse, qué procesos e implicaciones conlleva, cómo es el camino administrativo, qué ayudas hay disponibles o incluso qué modelos de adquisición hay, desde C de Comunicación vamos a poner en marcha distintas iniciativas junto con destacadas empresas del sector para informar y arrojar luz sobre todo lo que significa descarbonizar.
Estate atento, te va a interesar.
