En declaraciones a Cárnica 2000, Miguel Huerta, secretario general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), señaló que la subida del IVA no será positiva para el sector cárnico español.
“Entendemos que el Gobierno tiene que tomar medidas drásticas, pero al mismo tiempo hemos advertido de las consecuencias negativas que el aumento del IVA va a tener en el consumo, ya muy retraído. Esto preocupa mucho al sector, pues tememos que ese aumento caiga nuevamente sobre los eslabones más débiles de la cadena de valor, como son la producción y la industria. Detraería aún más el consumo, generando sobreoferta, bajos precios y presión a lo largo de la cadena, ya que es previsible que la distribución intente evitar una subida de los productos, precisamente para enfrenarse a una caída de las ventas y al rechazo de los consumidores, para los que el precio es ahora el elemento determinante de la compra”, destacó.
Para Huerta, “sería desde luego un duro golpe para el sector cárnico, y estamos seguros que para la industria alimentaria en general, con efectos negativos también en la ganadería, por un extremo, y la distribución, hostelería y restauración en el otro”.
El secretario general recuerda que “el sector ganadero-cárnico, paralelamente a la crisis económica y financiera general de los últimos años, ha padecido una crisis interna adicional, desde el año 2008, derivada de la alta volatilidad que han experimentado los precios de las materias primas para elaboración de los piensos, lo que ha golpeado fuertemente a todo el sector, elevando sus costes de producción en un momento en el que los consumidores han presionado hacia las disminución de los precios de los alimentos”.
Como alternativas, Anice proponía “que sería necesario una reordenación de los productos sometidos al tipo de IVA super-reducido, para que realmente abarque exclusivamente productos básicos, entre los cuales debe estar la carne, de manera que éste se aplicaría a los alimentos-materias primas (frutas, hortalizas, legumbres, cereales, leche, huevos y carnes) que son la base de nuestra alimentación y a partir de los cuales también se elaboran los productos alimenticios transformados”.
Como excepción a esta regla general el sector solicitaba que, “además de las materias primas para la elaboración de los piensos, estos últimos también tributen con el IVA super-reducido, como medida para paliar los importantes aumentos de costes de producción que está soportado la ganadería”.
Por su parte, el sector pedía “que todos los productos alimenticios elaborados tributen con el tipo de IVA reducido, permitiendo así un reparto más justo de la carga fiscal y una mayor homogeneidad en su tratamiento”.
Según señalan desde Anice “a diferencia del tipo de IVA general, que en España es inferior al de la media comunitaria (20,9%), el tipo de IVA reducido de nuestro país ya supera la media comunitaria (4,05%) y al que se aplica en los principales países de la Unión Europea, como es el caso de Francia, donde carnes y productos elaborados tributan al 5,5%, Bélgica y Holanda que aplica un IVA del 6%, o Alemania con el 7%; por no mencionar al Reino Unido e Irlanda, donde el tipo del IVA de las carnes y elaborados es el super-reducido, con un tipo del 0%”.
