El ICEX ha publicado un informe sobre el mercado de cárnicos en Filipinas, uno de los mayores de la región de Sudeste Asiático. Elaborado por Marta Coria Vega, bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Manila analiza un país con una industria procesadora altamente competitiva, pero con una producción local de carne fresca que no alcanza a cubrir toda la demanda.
Es un país muy proteccionista en la regulación de las importaciones, y España sólo está acreditada para la exportación de carne de porcino y sus derivados. El Departamento de Agricultura de Filipinas acordó con Magrama en 2013 que sólo los establecimientos cárnicos registrados en la llamada Lista Marco podrían exportar a Filipinas (la lista puede consultarse aquí).
Sólo el 15% de la producción porcina se destina al sector de la transformación, por lo que el gobierno se ha visto obligado a permitir la importación de porcino para compensar la escasez externa y abastecer a la industria procesadora. Así, la carne de cerdo importada se destina principalmente al sector trans formador y no a la venta directa de carne refrigerada o congelada.
Los filipinos tienen una mayor preferencia por la carne de porcino y de pollo, cuyo consumo depende del precio, la renta y su disponibilidad. El consumo de cerdo supone el 51% del total del consumo de carne, seguido del pollo, con un 30%. La ternera, en su mayoría importada y considerada un artículo de lujo, supone un 16% del consumo, mientras que otras carnes como el cordero representan el 2% restante.
La panceta es uno de los principales cortes importados y se destina a la fabricación de bacon y platos típicos de cocina local. También hay una gran demanda de despojos de porcino ya que caretas, orejas, piel, tocino o vísceras, son muy utilizadas en la cocina filipina. Otras piezas como lomo o solomillo tienen una presencia creciente, aunque aún limitada.
España es el octavo exportador de carne fresca a Filipinas en volumen, y el noveno en valor. En cuanto a la carne procesada, es el quinto exportador en valor -principalmente embutidos – y el sexto en volumen.
La importación de cárnicos está altamente gravada en Filipinas, debido al proteccionismo del gobierno. Cada partida arancelaria presenta diferentes aranceles, dependiendo del tipo de subproducto; la carne tiene un gravamen del 30% o 40% y los despojos, entre 5%, 7% y 10%. Además, hay barreras no comerciales a la importación de productos cárnicos. Por ejemplo, los importadores cuentan con unas cuotas máximas de importación con un determinado arancel; toda cantidad que sobrepase esa cuota o la importación para empresas que no la poseen, soportará un arancel superior.
Por otra parte, hay un régimen de licencias a la importación para determinados productos, como es el caso de los cárnicos. Las importaciones están reguladas por el organismo público National Meat Inspection Service (NMIS). Se debe tener en cuenta que la única carne de origen español autorizada para su importación en Filipinas es la carne de porcino.
El informe completo puede descargarse desde este link.
