Graciela y Darío, ella hostelera y él ganadero, crearon Chichalovers hace 7 meses, una bocatería en la que unen tradición y los sabores más 'trendy'. Gracias a su buen manejo del marketing y ofreciendo un producto de calidad han conseguido un Sol de la Guía Repsol y un negocio rentable con tan pocos meses de vida. ¿Cuál es su secreto?
Chorizo y chicharrón, a priori, pueden parecer algo tradicional e incluso rancio y más con todas las esferificaciones o pijadas que se están haciendo hoy en día en el mundo de la carne. Y aunque nos declaramos fans de todo aquello que sea adaptar los productos cárnicos al consumidor más exigente y urbanita, lo cierto es que hay empresas que optan por todo lo contrario.
Tradición, bocadillo puro y duro, con la receta de la abuela, pero que gracias a sus ideas y a sus ganas de hacer las cosas diferentes, consiguen que sea de lo más cool, fashionable e instagrameable posible.
Graciela y Darío son una pareja que decidieron unir sus conocimientos y poner en marcha el proyecto de Chichalovers. Ella, orígenes gastronómicos y pasión por el marketing. Y él, la tradición familiar ganadera y carnicera. Y así surgió Chichalovers en Porta do Camiño en Santiago de Compostela.

¡Quiero mi bocadillo!
En 16 m2 el equipo de Chichalovers ha montado su bocatería en la que el chorizo y el chicharrón son las estrellas de la carta. Con las recetas y el ambiente de un hogar tradicional en el que incluso utilizan el mandil de las madres a la hora de la merienda. Disponen de una gran cantidad de opciones que han conseguido triunfar en la localidad gallega.
Tradicional y exclusivo. Decoración hogareña de aldea tradicional. El take away es el rey del establecimiento, aunque cuentan con una mesa de 6 personas para que algún suertudo pueda degustar sus productos en el local. “Huele a infancia y a buenos recuerdos, eres testigo de todo el proceso de elaboración y el ambiente te resulta familiar”, nos cuenta Graciela.
Más que ‘Chicha’ de proximidad
La familia de Darío lleva más de 30 años dedicada al ganado y a la carnicería, por lo que la materia prima es local y de KM 0. “Nuestra carne es propia o de proveedores locales, pero cuidamos mucho el sabor y mantenemos la tradición en nuestros bocadillos”, explica.
A Dos Capelo es el nombre de la charcutería familiar, ubicada en el centro de Santiago en el Mercado de Abastos y que cuenta con 5 estrellas de valoración en Google. Y que además, distribuyen su producto, principalmente ternera, a nivel
nacional.

Adaptando la tradición se puede llegar al consumidor
“Elaboramos todo a mano y según la receta de nuestras antecesoras, con una preparación de muchas horas de cocción o, por ejemplo, en el ahumado, utilizamos madera de roble. Dedicamos mucho tiempo, pero el resultado es excelente”, relatan.
En la carta se puede encontrar desde el bocadillo más tradicional de pan del país y chicharrones hasta el favorito de los paladares más exquisitos como es el que incluye manzana y salsa de yogur. ¡Toda una exquisitez!
El poder del marketing y la diferenciación
Pero si hay algo en lo que han sabido dar en la tecla es la promoción y el marketing. Y es que confirman que, gracias a estas acciones, han conseguido que el proyecto crezca más rápido de lo esperado. Teniendo por ejemplo repercusión en medios de comunicación simplemente por “el ruido que hicimos antes de la inauguración”.
Con más de 6.000 seguidores en Instagram forman una gran comunidad de Chichalovers que no solo va enfocados a los más jóvenes sino que nos cuentan que tienen muchos clientes de la tercera edad que “viene, cogen su bocadillo y se van tan contentos”.

¿Y cómo? Pues con acciones como empapelar la ciudad de Santiago. Crear sus propios hashtags para que el público
postee, adaptar su propio idioma jugando con el término de Chicha, etc. O, por ejemplo, cada mes cuentan con una receta propia de diferentes chefs reconocidos y exclusivamente el producto puede probarse durante ese tiempo. Y no se olvidan de las fechas más importantes del año como San Valentín, en el que organizaron el ‘Chichadates’. “Los 6 afortunados que consiguieron reservar hicieron una cata a ciegas de los principales bocadillos del local” y, según los comentarios en sus redes, fue todo un éxito.
5 meses, rentabilidad y un Sol
Chichalovers ha recibido diferentes reconocimientos en este medio año de vida, entre ellos, un sol en la Guía Repsol del que “se encuentran muy orgullosos y les motiva para seguir haciendo las cosas bien”.
Ambos confirman que el proyecto es rentable y que no sólo ellos viven de él, sino que mantienen a su equipo. Tanto es así que ya están pensando en abrir el segundo local a lo largo de 2025. Y se marcan como objetivo, no sólo estar presentes en todas las provincias gallegas, sino llenar España de mucho ‘Chichalove’.