Un sonriente Roberto Carlos, ex futbolista del Real Madrid, está apareciendo estos días por medios de comunicación y redes sosteniendo un plato de algo que parece una hamburguesa, pero que literalmente es:
“Agua, proteína de guisante (19%), aceites vegetales (colza, karité), espesante: E461, extracto de levadura, E326, fibras vegetales (guisante, patata), aceite de coco, proteína de arroz, aromatizante natural, concentrado de zanahoria caramelizado, almidón de patata, extractos de verduras y frutas (remolacha, rábano, tomate), sal, melaza, verduras secas (patata, cebolla), aceite de girasol, concentrado de zanahoria, pasta de tomate, regulador de acidez: E300, zumo concentrado de limón y pimienta negra”.
Yo creo que al Real Madrid CF, y más concretamente a su presidente, les han metido un gol vegano por toda la escuadra al anunciar el acuerdo de patrocinio de una marca de productos vegetales industriales que imitan a la carne.
¿Alguien en la estructura de gestión del club blanco se ha parado a pensar en las consecuencias de unir su marca a la de esta compañía y lo que representa? ¿De tomar partido en una cuestión que le es ajena, tan ajena como a una parte -que sospecho muy mayoritaria- de sus aficionados en todo el mundo?
Muchos euros…
Evidentemente, los muchos euros que habrán llegado a las arcas del club pueden haber nublado las entendederas de alguien, pero ¿de verdad son tantos euros como para meterse en este jardín?
El primer pensamiento que me vino a la cabeza al enterarme de esta noticia fue:
¿Cómo es posible que una empresa fundada hace solo cuatro años de la nada -y que no tiene, que se sepa, a Bill Gates detrás- puede convertirse en partner global oficial de uno de los dos mayores equipos del mundo (ingresos de 714,9 millones en 2019/20 para los interesados en cifras)…?
Me río yo del siniestro ‘lobby cárnico’ del que tanto hablan en las redes.
¿Qué pensarán de todo esto los millones de seguidores madridistas que trabajan en los sectores ganaderos? O los millones de merengues que disfrutan de una alimentación equilibrada -con carne, verduras y todos los tipos de alimentos-, a menudo viendo los partidos de su equipo. ¿De verdad que el club necesitaba vender su integridad y su imagen por un plato de “proteína de lentejas”?
Don Florentino debería recordar, de aquellos tiempos en los que en el Ministerio de Agricultura presidió el IRYDA -el organismo encargado de la reforma y el desarrollo agrario-:
- La enorme relevancia que tiene en nuestro país y todo el planeta el sector ganadero. Son millones las familias que viven de esta actividad -unos 1.200 millones de personas en el mundo-.
- La importancia de su actividad para multitud de temas como…
- Vertebración territorial.
- Desarrollo rural.
- Fijación de población en la España despoblada.
- Generación de riqueza y empleo.
- Balanza comercial del país.
- Y suma y sigue…
Sinceramente, me parece una gran irresponsabilidad por parte de una entidad con tanta capacidad de influencia global para muchos millones de personas.
Real Madrid, rendimiento deportivo y ‘carne’ de mentira
Anunciar que tus deportistas van a tener una dieta sin carne es el mejor regalo que le puedes hacer a tu rival. Seguro que Laporta ha recibido la noticia como uno de los mejores regalos que podía esperar para iniciar su nueva presidencia del Barcelona.
Me da la impresión de que los jugadores de la plantilla del Real Madrid, si se ven impelidos en virtud de ese acuerdo a llevar una dieta como la que preconiza la marca británica de ‘falsa carne’, van a pedir rápidamente que los partidos se jueguen a tiempos de 30 minutos en lugar de los 45 reglamentarios. E incluso esa media hora se les va a hacer muy larga…
Como me ha dicho un buen amigo, por otra parte madridista hasta la médula y más allá, “con estos productos, los jugadores del Real Madrid literalmente “se van a comer el césped”.
No sé qué pensará Zidane del hecho de que si su plantilla sigue este modelo de dieta, saldrá a jugar los partidos “con 9 jugadores en lugar de 11”, por decirlo de forma gráfica. El rendimiento deportivo en la alta competición tiene que ser muy tasado y cuidadoso y preconizar que “los jugadores del Club compartirán su experiencia al reducir el consumo de carne, aumentando los alimentos de origen vegetal para obtener beneficios tanto medioambientales como de rendimiento personal“, no deja de ser paradójico y contrario a lo marcado por la gran mayoría de expertos en nutrición deportiva.
Isco y los aprendices de brujos
De hecho cada vez se oyen más voces que defienden que el tipo de alimentación de estos deportistas, por los que se pagan cifras astronómicas, esté regulado en sus contratos. Y sucede porque hay deportistas de élite que caen en su rendimiento en la competición por jugar a aprendices de brujos con su alimentación.
No hay que ir muy lejos, en la plantilla del primer equipo del Bernabéu hay un ejemplo palpable que ha sido y sigue siendo comentado en tertulias y medios de comunicación futboleros.
El rendimiento de Isco, que hace unas temporadas encandilaba a propios y extraños en los terrenos de juego de toda Europa, ha caído a niveles mínimos desde que abrazara el veganismo como forma de alimentación. El banquillo del Bernabéu puede atestiguarlo. Y sus estadísticas, disponibles en la web del Real Madrid, también.
En definitiva, la supuesta ‘sostenibilidad’ que se arguye como argumento en la comunicación del acuerdo por el que la compañía británica se convierte en nuevo partner global oficial del club blanco es un efecto placebo tan grande como el que producen estos productos de fakemeat, para tratar de emular la experiencia de comer un auténtico producto cárnico.
Una cosa es lo que parece, y otra muy distinta lo que en realidad es. Su efecto sobre el rendimiento deportivo es normalmente nefasto. Suplementar esa deficiente alimentación -más deficiente si cabe para la práctica deportiva intensa- con vitamina B12, minerales y demás nutrientes esenciales es obligado para la salud general, pero no arregla el problema.
Los platos de jamón que se aprieta Sergio Ramos para desayunar, o los platos de carne, por supuesto con verduras y con hidratos de carbono, no dejan lugar a dudas: https://www.instagram.com/p/BoQ1D8AnKMh/
¿Y qué pasa con la cantera del Real Madrid?
Y he dejado para el final lo que considero más grave de este tema:
¿Qué va a pasar con los miles y miles de infantiles, juveniles y canteranos que tiene el club en su propia estructura deportiva o repartidos por todo el mundo como seguidores fieles?
Seguidores fieles de los modelos que emanan de la institución deportiva y de sus iconos y referentes.
¿Estos chavales y chavalas van a ver su crecimiento físico y mental guiado por un acuerdo de patrocinio en lugar de por criterios médicos y científicos? Me parece una seria irresponsabilidad por parte del club y sus dirigentes.
Por cierto, alguien debería recordarle a la marca patrocinadora que está incumpliendo la normativa española. Aquí sí hay una regulación legal (de calidad alimentaria, etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios) que no permite comercializar productos como “carne de vacuno vegetal”, “carne de cerdo vegetal” o “carne de pollo vegetal”, “hamburguesa vegetal”, etc.
Revisen el Real Decreto 474/2014, de 13 de junio, por el que se aprueba la norma de calidad de derivados cárnicos, o el Acuerdo de la Mesa de Coordinación de la Calidad Alimentaria del 26 de octubre de 2016.
