La peste porcina africana (PPA) sigue avanzando y generando impactos sanitarios, económicos y sociales en todo el mundo. Entre enero de 2022 y febrero de 2025, más de 2 millones de cerdos han muerto a causa de esta enfermedad hemorrágica, altamente contagiosa y sin cura. Las regiones más afectadas siguen siendo Asia y Europa, donde la PPA compromete tanto la producción porcina como la seguridad alimentaria.
Frente a esta situación, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha aprobado una nueva norma internacional sobre vacunación, con el objetivo de garantizar que las vacunas utilizadas sean seguras, eficaces y adecuadas para su aplicación en campo.
Un marco común para vacunas más seguras
La OMSA reconoce que en los últimos años se han logrado avances importantes en el desarrollo de vacunas contra la PPA. De hecho, algunas ya han sido autorizadas en ciertos países. Sin embargo, la calidad de las vacunas es determinante para evitar riesgos como la propagación del virus o la aparición de nuevas cepas más difíciles de controlar.
La nueva norma establece criterios mínimos para que los países miembros y fabricantes garanticen:
- La reducción de la gravedad de la enfermedad.
- La limitación de la transmisión del virus.
- La protección inmunitaria efectiva en los animales vacunados.
- La seguridad ambiental, evitando la introducción de virus silvestres u otros agentes nocivos.
- La adecuación al genotipo del virus circulante en la región de vacunación.
Una herramienta complementaria, no exclusiva
Aunque la vacunación se refuerza como una herramienta clave, la OMSA advierte que no es una solución única para el control de la peste porcina africana. La lucha contra esta enfermedad requiere una combinación de medidas:
- Buenas prácticas de bioseguridad en las granjas.
- Control de movimientos de animales y productos.
- Vigilancia epidemiológica constante.
- Restricciones en importaciones desde zonas afectadas.
La decisión de vacunar debe ser adoptada por la autoridad veterinaria nacional, teniendo en cuenta el contexto local, los recursos disponibles y la capacidad de seguimiento tras la vacunación.
Un paso importante hacia el control global
La nueva norma adoptada durante la 92.ª Sesión General de la OMSA busca reforzar el compromiso de la comunidad internacional en la lucha contra la PPA. Al establecer un marco común, la organización promueve una estrategia armonizada y segura para avanzar en el control de la enfermedad.
En muchos países, especialmente aquellos con explotaciones familiares, el cerdo representa la principal fuente de ingresos y proteína animal. Por eso, invertir en investigación, vacunas eficaces y medidas de prevención sigue siendo clave para proteger la producción porcina, la sanidad animal y la seguridad alimentaria mundial.