En los últimos meses, el sector agroalimentario y pesquero español ha constatado su fortaleza registrando un crecimiento significativo en las exportaciones, superando las cifras del mismo período del año anterior. Este desempeño positivo se refleja en un superávit comercial considerable, posicionando al sector como un motor estratégico para la economía española.
Si nos detenemos a analizar el recorrido del sector, un factor clave en la evolución de la industria de la alimentación es la apuesta en los últimos años hacia la transformación digital para impulsar la competitividad y la eficiencia de los procesos industriales. En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de preservar el medio ambiente y garantizar la seguridad alimentaria, la innovación digital se ha instaurado como un pilar fundamental en la búsqueda de soluciones sostenibles en el sector agroalimentario, revolucionando así, la forma en que se produce, distribuye y consume.
Plan de recuperación, transformación y resiliencia
Dentro del paradigma de las ayudas públicas, España ha identificado el sector agroalimentario como un área estratégica para impulsar la transformación digital. Esta iniciativa se alinea con la visión de modernizar y fortalecer la competitividad en el sector, aprovechando las oportunidades que brinda la digitalización.
Es por ello que en la hoja de ruta del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, instrumento fundamental para el desarrollo de los fondos europeos de recuperación Next Generation EU y que supone el impulso más importante de la reciente historia económica de España, se contempló la aprobación hace más de dos años del PERTE Agroalimentario que contempla inversiones significativas en infraestructuras digitales, capacitación de profesionales y fomento de la tecnología en el sector agroalimentario representando una oportunidad clave para impulsar la transformación digital del sector agroalimentario en España, fortaleciendo su posición en el mercado global y garantizando su sostenibilidad a largo plazo.
Desafíos del sector agroalimentario
Desde el COVID-19, el sector agroalimentario se enfrenta a una serie de desafíos sin precedentes, desde el cambio climático hasta la escasez de recursos naturales, tensiones geopolíticas que ponen en juego la disponibilidad de materia prima y el incremento de la población mundial. Estos desafíos exigen soluciones innovadoras que garanticen la producción de alimentos de manera sostenible, reduciendo al mismo tiempo el impacto ambiental y promoviendo la equidad social.
Este impulso por parte del tejido industrial por avanzar y ganar posicionamiento internacional se constató durante la primera convocatoria del PERTE Agroalimentario, en el que más de 233 empresas presentaron sus inversiones en torno a la digitalización, sostenibilidad, seguridad y trazabilidad alimentaria, en el que la industria cárnica tuvo un papel muy importante liderando tres proyectos tractores del total presentados a la subvención.
Las empresas beneficiarias entendieron que el PERTE es un agente catalizador para poder conseguir el cambio tractor de sector en el corto y medio período de plazo con el objetivo de seguir dando respuesta a las necesidades de obtener alimentos saludables y seguros.
Adaptación
Durante este semestre del 2024, el sector agroalimentario está viviendo una etapa de adaptación a nuevos escenarios normativos y de tendencias de consumo en el mercado. Actualmente esta industria, como muchas otras, se encuentra en plena transformación digital, consciente de que el contexto actual exige adaptarse a las nuevas necesidades del mercado.
Estamos, por tanto, ante un momento crucial con grandes retos como los ambientales, de bienestar animal, de sostenibilidad y de reputación. Retos que convergen en grandes pilares del sector como son la seguridad alimentaria, la innovación tecnológica, la garantía de abastecimiento de la población.
Para adelantarse a las futuras demandas, particularmente el sector cárnico ha iniciado ya su camino hacia proyectos de inversión apoyándose en la innovación tecnológica que va a permitir no sólo obtener mayor productividad y rentabilidad, sino también va a mejorar su crecimiento de manera sostenible a nivel medioambiental y socioeconómico. En este punto, caben destacar dos puntos muy positivos:
- El carácter estratégico del sector
- El modelo de gobernanza que apuesta por la colaboración entre organismos públicos y representantes del sector privado.
Retos del sector cárnico
Particularmente, el sector cárnico español representa casi un tercio de la facturación total del sector de la alimentación. A pesar de que se trata de una industria muy consolidada, desde hace tiempo está en el punto de mira de la sociedad, inmerso en un proceso de transformación que, de hecho, afecta a toda la producción agroalimentaria, y que ha de responder a dos grandes retos como es la preocupación de seguir produciendo carne de calidad y competitiva en un entorno cambiante y satisfacer a un consumidor que cada vez más exige alimentos sostenibles.
El sector cárnico ha entendido que entender al consumidor será clave para que el sector siga creciendo. Por un lado, tienen la mirada puesta en la mejora de los productos, la trazabilidad y seguridad alimentaria pero cada vez más, están poniendo esfuerzos en comunicar los avances que se están realizando para impactar en la percepción del consumidor e incentivar estas inversiones.
Economía circular: el futuro del sector cárnico
Es notable que los planes estratégicos de las empresas cárnicas están orientados hacia una economía circular. En el sector cárnico ya no se habla de subproductos, si no de coproductos u oportunidades y en poco tiempo, será uno de los más circulares: utilizar los lodos de depuradora como biocombustible; aprovechar la producción para generar sustancias útiles en la producción de piensos, plasma sanguíneo para revalorizarlo hacia otros mercados como la industria nutracéutica, insulina… pero todos ellos sin innovación no sería posible.
Nuevas oportunidades con el PERTE Agro II
Por tanto, la publicación del segundo PERTE Agrolimentario es una buena noticia para las empresas del sector ya que va dirigido a propiciar esta transformación y dinamización de la cadena agroalimentaria, a través de iniciativas que constituyan nuevos proyectos para impulsar la modernización, sostenibilidad y su digitalización.
El PERTE Agro II destaca por ser más flexible que la anterior convocatoria, siendo línea individual, cuyo proceso de adjudicación será por concurrencia no competitiva, lo que significa que los proyectos serán analizados por orden de entrada de tal forma que aquellos que cumplan los requisitos se irán resolviendo hasta agotar los créditos disponibles y con umbrales de presupuesto mínimo realistas para las necesidades de las empresas.
Cuenta con tres líneas de actuación: una nueva de apoyo directa para inversiones en equipos para pymes y otras dos más: una dedicada a la investigación, desarrollo e innovación orientada hacia la automatización de procesos industriales y otra a la innovación en sostenibilidad y eficiencia energética.
Aunque la evolución de los precios de los alimentos ha tenido una tendencia favorable en los últimos meses, se sigue con preocupación la evolución de la tensión comercial China-EU sobre productos como la carne de cerdo y en el que España es el principal exportador de carne porcina al país asiático.
En este sentido, un punto importante que cabe destacar en el momento que nos encontramos es la elaboración de la Estrategia Nacional Alimentaria que está siendo una de las prioridades del Gobierno en la nueva legislatura y que, dada su importancia, espera contar con la aportación y participación de todos los agentes implicados en el sector.
Nueva fase de los Next Generation
Es importante resaltar que entramos en una nueva fase de los Next Generation. Se van a mantener las ayudas directas, no reembolsables, pero con una inyección en préstamos muy notable. Hablamos de financiación a largo plazo y en condiciones muy ventajosas en un momento de altos tipos de interés. Por tanto, si tienes un proyecto de modernización de tu industria, es el momento de financiarlo.
Por ello, en este escenario de oportunidad, es aconsejable realizar un punto de situación inicial en la definición de las líneas de intereses por parte de las empresas, priorizando dichas inversiones para poder aprovechar las líneas de financiación públicas disponibles.
Es reseñable comentar que el PERTE es una ”dotación complementaria” al “gran instrumento” que es la Política Agraria Común (PAC) dotado con 4.700 millones de euros del fondo marítimo y la pesca, y de los fondos de recuperación, que van destinados específicamente al sector primario, agricultores, ganaderos y pescadores.
