Sí, yo también he sido testigo de la evolución de la hamburguesa en estos últimos años, por eso, no me sorprende cuando veo titulares diciendo que “la hamburguesa ha impulsado un notable aumento en el consumo de carne”. Es evidente que ha pasado de ser un plato de comida rápida a convertirse casi en una estrella o un icono cultural.
Sin embargo, esta transformación plantea interrogantes cruciales: si cada vez más personas están redescubriendo el placer de disfrutar de una buena hamburguesa, se debería estar traduciendo en un mayor interés por la carne de calidad, ¿no?
Gracias a las redes sociales, la hamburguesa tiene un nuevo hogar, ya no es la cocina. Sus fotos y sus vídeos se comparten por todo el mundo y las plataformas elegidas por los más jóvenes han viralizado sus versiones más creativas, desde colores neón, hasta presentaciones que son verdaderas obras de arte. Pero, esto, de nuevo, me plantea una pregunta… ¿esta creciente demanda podría llevar a producciones que comprometan la calidad?
Uno de los aspectos que para mí distingue a una hamburguesa, es la calidad de los cortes utilizados . En lugar de las mezclas de mermas y recortes que solían ser la norma, ahora se utilizan cortes como el lomo o la entraña, e incluso se ha popularizado la comercialización de blends de calidad exclusivos para este formato en madurados, frescos, diferentes discos e incluso diferentes formatos como la smash… Esperemos que este fenómeno, nos beneficie como profesionales del sector y que no se sacrifique la calidad en búsqueda de la novedad.
La atención al detalle y la creatividad son esenciales, pero no debemos perder de vista nuestra realidad, y es que la selección de carnes de calidad es fundamental siempre, pero sobre todo en productos tan manipulados y que a menudo se sirven poco hechos. Tenemos una gran responsabilidad, y es que nuestro icono cultural, no muera de éxito.
Es importante que como industria reflexionemos sobre estos aspectos, ya que tenemos una gran oportunidad; en cualquier caso, esto ha hecho que la carne vuelva a estar en el centro de la mesa y esto es algo que todos celebramos.
Como conclusión, la próxima vez que se coman una hamburguesa, piensen que a veces lo que parece cotidiano, puede ser el inicio de una revolución.