La campaña de la alfalfa en España finalizó el pasado 3 de marzo con una producción de forrajes deshidratados de 1.263.041 toneladas, lo que significa un descenso del 13 % con relación a la campaña pasada, donde se produjeron algo más de 1.450.000 toneladas, tal y como informan desde la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA).
Excepto en Andalucía, la producción de forrajes deshidratados ha descendido. La zona donde más retrocedió la producción ha sido Cataluña, con una caída del 22 %, seguido de Castilla y León, con un descenso del 14 %; Castilla-La Mancha y Navarra bajaron un 12 %, mientras en Aragón, principal zona productora en España, el descenso fue del 10 %.
Las hectáreas del cultivo destinadas a la deshidratación bajaron en esta campaña un 8 % respecto a la pasada, por lo que ya se preveía un descenso en la producción, aseguran desde AEFA.
A estas malas previsiones iníciales, se unió un rendimiento bastante bajo con relación a otras campañas, debido principalmente a la falta de agua para riego y a las altísimas temperaturas que han facilitado la aparición de plagas.
La distribución de los productos fabricados por las industrias deshidratadoras españolas durante esta última campaña ha sido la siguiente: las balas de alfalfa deshidratada han sido el principal producto transformado con el 55 % del total, seguido de los pellets de alfalfa con el 20 %, el 10% ha correspondido a ‘otros forrajes’ (festuca, ray grass, vezas…), mientras que el forraje mix y la avena forrajera deshidratada han supuesto un 11 % y un 5 %, respectivamente.
Desde el punto de vista de las ventas de forrajes deshidratados, la campaña 2022/23 ha sido “bastante positiva”, señalan desde AEFA.
“Se comenzó con una gran demanda, lo que hizo que conforme se iba produciendo se iba vendiendo el producto, tanto al mercado nacional como internacional. Conforme fueron transcurriendo los meses la demanda continuó sólida, notándose cierto parón a partir de febrero, donde ya la mayoría de las empresas habían comercializado casi la totalidad de su producción”, explican.
El sector inicia una nueva campaña que se prevé que sea “muy complicada“. La sequía y las malas previsiones en las zonas de regadío, así como la baja producción estimada en los secanos hacen que el sector vea con “gran pesimismo” esta nueva campaña.
Incluso desde AEFA advierten que alguna industria puede que tenga que cesar la actividad, por la poca disposición de agua en algunas cuencas.
En este sentido, desde la asociación hacen un llamamiento a las autoridades para ayudar a paliar los problemas del sector de los forrajes deshidratados.
La asociación estima una bajada de producción cercana al 50 %, “lo que pondrá en jaque la viabilidad de las industrias deshidratadoras, así como parte de los 4.000 puestos de trabajo que el sector deshidratador español genera en el ámbito rural”, concluyen.
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