Si hablamos de Club Nutrilovers, hablamos de nutrición, pero hablamos también de Psicología. Ellos son Marian y Chema, compañeros de vida y de profesión. Ella psicóloga, él experto en nutrición. Ambos han hecho algo que parece obvio, pero que a veces parece complicado de llevar a cabo y es: escuchar a sus pacientes para crear dinámicas acordes con sus necesidades.
¿Y cuál es la principal diferencia y lo que les ha hecho tener una comunidad de 9973 personas en Instagram y vivir de este proyecto? Enfocar y trabajar los problemas de salud de una forma integrativa, es decir, desde todas las esferas de la vida del paciente: mental, fisiológica, social y familiar.
Por eso, en esta ocasión los protagonistas de nuestra sección ‘Carne y Salud‘ son dos. Porque no se entiende él uno sin la otra. Pero sobre todo, porque queremos entender de qué manera la alimentación y la presencia de carne en la dieta, no sólo afecta de forma física si no psicológica. Y puede llegar a cambiar y a ser decisiva en el estado de ánimo de las personas. ¿Cómo? Eso nos lo cuentan ellos, el equipo de Nutrilovers.
Pregunta. Nutrilovers es vuestro proyecto de vida, pero… ¿Cómo empezó todo? y ¿Cómo disteis con esta manera integrativa de trabajar? ¿A cuántas personas habéis ayudado ya?
Respuesta. No tenemos una cifra concreta del número de personas. Lo que sí te puedo decir es que al principio teníamos un trabajo muy limitado. Y ahora, estamos desbordados. Porque hay muy poca gente que se dedique a lo que nos dedicamos nosotros, al menos en nutrición. Por que si que es cierto que en medicina integrativa hay muchísimos profesionales. Pero una de las diferencias que aportamos es que abordamos todo tipo patologías digestivas, hormonales, metabólicas, etc. Y cómo nos movemos en un campo sanitario, se ha corrido la voz y cada vez nos llegan más casos, más heterogéneos y más variados.
P. Repito, ¿Qué os hace diferente o que tengáis tanto éxito con vuestros pacientes?
R. Algo que es interesante destacar y que no todo el mundo sabe pero que es vital: y es que los estados emocionales, influyen muchísimo en que te duela más o menos el estómago o presentes algún tipo de disfunción. Y que, por supuesto, se puede mejorar trabajando en el área de la alimentación y en el área psicológico. Todo lo emocional y todo lo relacionado con el sistema nervioso está directamente involucrado, por eso nuestra manera de trabajar es conjunta.
P. ¿Y qué papel juega la alimentación…? A nivel de nutrición está claro, pero ¿y a nivel psicológico? Y algo que me parece más interesante, ¿en qué momento viráis hacia esta manera de trabajar incluyendo ambas partes?
R. (Chema) En mí caso, al acabar los estudios me especialicé en una rama de nutrición enfocada en ser capaces de detectar la relación entre lo que consumimos y cómo afecta a nivel metabólico. Por ejemplo, si tu no tienes una correcta nutrición adaptada a lo que necesitas, no puedes sintetizar determinados neurotransmisores o en las cantidades suficientes que permitan que tengas un manejo de determinado impulsos nerviosos.
“Los estados emocionales, influyen muchísimo en que te duela más o menos el estómago o presentes algún tipo de disfunción“
P. Por lo que lo uno afecta a lo otro y viceversa… ¿no?
R. Sí, correcto. Por ese motivo, al principio nuestros pacientes iban por separado, pero nos dimos cuenta de que para que la mejoría fuera completa, necesitábamos trabajar de forma conjunta mejorando las dos áreas.
P. Y dentro de la alimentación, para meternos en faena… ¿La carne es fundamental? ¿El consumo excesivo de carne o su ausencia en la dieta puede derivar en patologías también a nivel mental?
R. Una de las cosas básicas que hay que entender es que nosotros sólo obtenemos nutrientes, tanto macros como micros, de lo que comemos. Las personas no hacemos la fotosíntesis como las plantas. Entonces, si nuestro cuerpo necesita de determinadas cosas, o las ingerimos, o no tenemos posibilidad de obtenerlas. Entonces, es muy importante entender que la alimentación es mucho más que las calorías, las proteínas, las grasas, los hidratos de carbono… Sino que están compuestas de multitud de elementos que son necesarios para la vida. Y, por lo tanto, su exceso o su defecto puede influir muy directamente sobre las patologías.
“La alimentación es mucho más que las calorías, las proteínas, las grasas, los hidratos de carbono…”
Centrándonos en la carne. La carne aporta proteínas de un altísimo valor biológico porque todas las proteínas no son iguales. La composición de las proteínas, que principalmente es de aminoácidos, difiere mucho las de la carne que las proteínas que provienen del reino vegetal. No tienen casi nada que ver. Y es que, las proteínas de la carne son muy absorbibles, con una cantidad de aminoácidos muy alta, muy biodisponibles y en resumen, se pueden aprovechar muchísimo mejor que, por ejemplo, las proteínas que podemos obtener de las legumbres. Es mucho más sencillo para el cuerpo digerirlas. Además de que ya se ha demostrado que son mejores y evitan muchas patologías.
P. ¿Habéis notado entre vuestros pacientes un aumento de la demanda de llevar una dieta sin carne?
R. Sí, sí, porque como en todo, en esta sociedad influyen muchísimo las modas y la presión que se puede ejercer desde los medios de comunicación y desde el marketing.
P. Ósea, que desde vuestra experiencia, ¿las modas marcan el que la gente coma o no coma carne?
R. Sí, y ahora mismo el consumo de carne está muy demonizado. Se ve claramente. Y no sólo las modas, si no los intereses económicos e incluso geopolíticos.
P. No sois los primeros que nos comentáis esta idea… y lo malo es que estas decisiones pueden influir de forma negativa en la salud de las personas, ¿no?
R. No es que puedan influir, es que influyen. Eso es categórico. Porque una cosa es lo que tu cuerpo necesita y otra cosa tus preferencias marcadas por la moral o por otras cosas. Pero tu cuerpo no entiende de eso. Tu cuerpo entiende de necesidades de macros y micronutrientes y ya está. Y sí es verdad, que haciendo muchos malabarismos podemos conseguir asemejar de cierta manera el consumo de carne utilizando combinaciones de otro grupo en el alimento. Pero se hace muchísimo más complejo tanto para el profesional como para la persona y además nunca va a ser lo mismo. Se puede parecer, pero no va a ser lo mismo. Una de las cosas que es importante decir, por ejemplo, es que la carne roja contiene un tipo de hierro que se llama hierro hemo, que es de altísima absorción y es difícil encontrarlo en otros productos.
“La carne aporta proteínas de un altísimo valor biológico“
P. Cada persona es un mundo y tenemos necesidades diferentes en materia de alimentación y psicología, por lo que las dietas de cajón no cumplen su función… ¿Cómo ayudáis vosotros a las personas en este sentido?
R. Lo que hacemos en Club Nutrilovers es personalizarla en todo los aspectos: su capacidad socio económica, el tiempo libre del que dispone, si hace o no deporte, el horario laboral, el contexto familiar…
P. ¿Os habéis encontrado la tesitura de que el no consumo de carne sea por razones económicas?
R. Sí, eso es algo que preocupa mucho a la gente. Y además está extendida la idea de que alimentarse de una manera correcta es más caro que alimentarse de una manera incorrecta. Pero si se lo explicas lo suficientemente bien, sabiendo que estás invirtiendo en salud o en calidad de vida, se acaba entendiendo. Y a lo mejor, puedes permitirte unos filetes si desechas otro tipo de alimentación menos beneficiosa cómo pueden ser los snacks.
P. O el alcohol… No sería la primera vez que hablamos de prioridades a la hora del gasto en alimentación.
R. (Chema) Por supuesto, además en este caso concreto, Marian también se lo lleva a su terreno. Y ha detectado un serio problema con el alcoholismo a nivel social enmarcado en la manera en la que está construida la socialización hoy en día. Yo les digo en las consultas que “la ternera es muy cara, pero a qué pagar 10 o 12 euros por un gin tonic no te parece tan caro, ¿no?”. Y claro, ante esto, la gente me mira y sonríe, porque hemos normalizado el hecho de beber, por ejemplo, dos o tres cervezas diarias. Por eso hacemos en Club Nutrilovers una labor de formación también en materia económica. Y les hacemos ver a nuestros pacientes que el precio de un filete puede ser el equivalente al de tres cervezas y una bolsa de patatas fritas y los resultados nutricionales van a ser mucho más beneficiosos.
(Marian) Yo veo una gran dependencia de productos que están químicamente diseñados para ser aditivos, para producir placer a nuestro cerebro, etc. Como el caso de la comida basura. Por lo que el pensamiento a nivel de transmisores acaba distorsionado. Y las personas ya no tienen un criterio claro respecto a lo que es bueno para ellos o lo que no porque el cerebro les dirige y terminan viéndose dentro de cuadros de ansiedad y depresión. Y a partir de ahí todo empieza a funcionar mal. Entonces han entrado en un bucle del cuál no pueden salir. ¿Cuál es la solución? Pasar por un periodo de abstinencia, para poder saborear el resto de alimentos y poder disfrutar de consumir por ejemplo, una buena carne.
“La ternera es muy cara pero ¿a que pagar 10 o 12 euros por un gin tónic no te parece tan caro, no?”.
P. Y más allá de las patologías, hay mucho desconocimiento del sector primario. Y en repetidas ocasiones, los consumidores no relacionan vaca con filete, ¿lo habéis vivido?
R. Sí, pero creo que hay un control intencionado de la información que le llega a la gente. Se demonizan, por ejemplo, las granjas, haciendo creer que los cerditos “pobrecitos, sufren muchísimo” o las vacas que “lastimita que mal lo pasan”. Y generan en las personas culpa a la hora de consumir esos alimentos, sin entender los procesos reales de los que se obtiene la carne y que es lo que necesita el cuerpo humano para un correcto funcionamiento.
Entonces, ante este tipo de mensajes cómo puede ser que “comerte una vaca, es cómo si te comieras a tu perro”, lo único que se puede hacer es educar. Ósea, dar información real, como hacemos desde Club Nutrilovers, y no trabajar solo desde la emoción y desde la culpa. Desde mi experiencia, las personas se tienen que ver en necesidades reales, tienen que vivir en su propia experiencia vital el hecho de que consumir carne, pescado, huevos… hace que se encuentren muchísimo mejor. Necesitan verse enfermos para poder empezar a superar todo ese tipo de cosas. Si no, sólo piensan en si están gordos o delgados.
P. Pero esto también viene dado por los estímulos que se reciben y las presiones en redes o en la sociedad respecto a la imagen….
R. Claro, pero es que la gente tiene ideas confusas. Se piensa que por el hecho de estar delgado estás mejor que teniendo unos kilos de más y esto no es siempre así. Hay personas delgadas que en su cara reflejan que hay un problema y hay personas con kilos de más que se les ve bien, con buen color, buena energía, buena actitud… Por eso, cada persona es un mundo y hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de recomendar una dieta o un estilo de vida.
“Las personas tienen que vivir el hecho de que consumir carne haga que se encuentren muchísimo mejor“
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