La plataforma European Livestock Voice ha remitido una carta a la Comisión Europea para trasladarle su preocupación ante la reciente publicación del documento de alcance ‘Hacia un consumo de alimentos sostenible’ desarrollado por un grupo asesor de la Comisión de la UE. En él, figura la opinión científica sobre la sostenibilidad en el entorno alimentario y directrices para superar los obstáculos que impiden que los consumidores adopten dietas saludables y sostenibles.
Tras leer este documentos de alcance, la plataforma European Livestock Voice, advierte que “parece que la Comisión ha asumido una posición ideológica sobre la producción y el consumo de carne”.
Según indican, “el documento informa sin referencia científica ni contexto que el aumento de la demanda mundial de pescado, carne y otros productos pecuarios está contribuyendo al consumo excesivo, la obesidad y otros determinantes de la salud estrechamente relacionados con un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles y que la producción ganadera es asociados con las emisiones de gases de efecto invernadero, problemas de bienestar animal, impacto en el uso de la tierra, contaminación del aire y del agua, así como el desarrollo y la propagación de zoonosis y bacterias multirresistentes”.
En su carta a la Comisión, European Livestock Voice expresa su ”decepción al leer tal narrativa. En lugar de presentarlo científicamente, se lee más como una lista de acusaciones generalizadas genéricas y un tanto injustas contra todo el sector. Muchos actores en la cadena de valor del ganado están haciendo grandes esfuerzos para mejorar sus prácticas, incluso antes de que se presentara la estrategia ‘Farm to Fork’, y han implementado las mejores técnicas disponibles para disminuir la huella de carbono, mejorar la salud y el bienestar animal, entregar productos más saludables y cumplir desafíos sociales”, señalan.
“La Comisión debe abordar la cuestión de la sostenibilidad alimentaria desde una base fáctica y científica, no sobre una noción preconcebida que represente una visión de la situación en blanco y negro”, postulan.
”Cuando hablamos de alimentación sostenible, necesitamos hablar de sistemas alimentarios sostenibles, el objetivo de la estrategia ‘Farm to Fork’. Cada elemento, incluidos los productos animales, desempeña un papel en dicho sistema. No podemos eliminar un elemento, ya que el sistema en su conjunto no puede funcionar sin él. Por ejemplo, la producción de plantas orgánicas sería imposible sin estiércol de ganado. La ganadería también es una excelente manera de apoyar una economía circular, ya que permite el uso de subproductos que de otro modo se perderían”.
Además, prosiguen, “el modelo de cría de animales de la UE, basado en estructuras agrícolas familiares, locales y diversificadas, es un componente clave de las zonas rurales y costeras europeas . Apoya la vida en las zonas rurales proporcionando empleo. Contribuye a una bioeconomía circular, la biodiversidad y la conservación del paisaje al tiempo que garantiza un suministro constante y asequible de los alimentos nutritivos necesarios para una dieta equilibrada. Mientras que el consumo excesivo de carne, pescado, lácteos o muchos alimentos puede generar trastornos alimentarios, disfunciones de salud y enfermedades, los alimentos de origen animal consumidos en cantidades proporcionadas son una parte importante de una dieta equilibrada”.
Por esta razón, opinan, “es extremadamente injusto describir el sector como insostenible de facto y asociar genéricamente la cadena ganadera de la UE con emisiones de gases de efecto invernadero, problemas de bienestar animal, impacto en el uso de la tierra, contaminación del aire y del agua, así como desarrollo y propagación de zoonosis y bacterias multirresistentes sin ningún sustento ni contexto científico”.
Desde la plataforma European Livestock Voice confían en que “los mensajes negativos contra nuestro sector contenidos en el documento de alcance no desemboquen al desarrollo de herramientas que conduzcan a la marginación de productos provenientes de la cadena de valor ganadera en lugar de estimular la producción y comercialización sostenible de animales”.
Y concluye remarcando la importancia de “garantizar una narrativa equilibrada y con base científica que pueda denotar diferencias entre las prácticas comerciales más y menos sostenibles, pero que evite mensajes divisivos y simplistas contra sectores específicos y considere que es un sistema completo donde cada elemento tiene un papel que desempeñar para hacerlo sostenible”.