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Cuando despertó el sector Cárnico, el ministro Garzón todavía estaba allí

El ministro Garzón y la Carne 1.

El sector Cárnico estaba dormidito cual bebé. Agotado. Tratando de descansar de la tensión que provoca la disparada factura de la luz; del desasosiego que genera la falta de materias primas; de la zozobra que genera China y sus recortes aleatorios de los permisos de exportación; de la angustia de una posible huelga general en los albores de la Navidad… Y entonces, cuando despertó, el ministro Garzón todavía estaba allí.

Y no estaba solo. Si en julio apareció acompañado de un vídeo, ahora traía bajo el brazo un libro con 40 recetas. 40. Si no contamos los postres se quedan en 35, que tampoco está mal. Y entre los 293 ingredientes necesarios para cocinar esas 35 propuestas culinarias la carne suma en total… dos medias pechugas de pollo.

Un mensaje nítido. Cristalino.

Augusto Monterroso

Dicen que cuando lees por primera vez el microrelato ‘El dinosaurio’ de Augusto Monterroso pueden pasar dos cosas:

  • Que te resulte indiferente.
  • Que te despierte un cúmulo de sensaciones.

Yo soy de los segundos. Recuerdo que pensé que era una obra maestra. Un cuento de siete palabras que narra una historia completa. O mejor, infinitas historias. Porque cada lector puede tener la suya a partir de una única frase que, pareciendo cerrada, está totalmente abierta a la imaginación… y la inquietud:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”

Augusto Monterroso

La fuerza de ese ‘todavía’ y lo que es capaz de generar en la mente del lector es de tal magnitud que te convence para siempre del poder que puede tener un mensaje escrito.

Esa intensidad es la que sentí cuando tras ver la noticia del libro de recetas auspiciado por el ministerio de Consumo me dio por ojearlo de reojo sin más, para posteriormente hojearlo ojiplático en profundidad.

Al instante entendí lo que acababa de suceder:

Cuando despertó el sector cárnico, el ministro Garzón todavía estaba allí “

Hablemos de tradición…

Más que su contenido en sí, quizá lo que más me llamó la atención es la Comunicación que se realiza con él. Principalmente en el prefacio de tres párrafos firmado por el ministro Garzón.

Concretamente, en el segundo afirma que:

Nuestro país goza de una de las mejores tradiciones gastronómicas del mundo. Sin embargo, la falta de tiempo, renta e información, o la facilidad para acceder a las opciones industriales ricas en grasas, sales y azúcares dan como resultado que nos desarraiguemos del origen de los alimentos y del impacto de nuestra alimentación sobre nuestra salud y sobre el planeta.”

Alberto Garzón

Lo siento, pero utilizar para presentar este libro términos como tradición gastronómica cuando cualquier libro de cocina española escogido al azar está plagado de recetas elaboradas con carne de vacuno, porcino, ovino o conejo no deja de tener algo de guasa.

En cuanto a lamentar que en materia de alimentación nos estamos desarraigando… venga, va, podemos hablarlo. Pero proponer a continuación recetas de Poke, Wrap, Dip, Pizza, Sushi, Kale, Ramen, o utilizar ingredientes como cúrcuma o ras el hanout… ¡¡¡¡¡Hombreeeeeee!!!!!

Debe ser que ese día no presté atención a mi madre, pero yo siempre había pensado que en nuestra tradición gastronómica relucen platos tipo corderito castellano; chuletón del Norte, fabada o cocido con su choricito, morcilla, lacón, tocino…; etc. Por si acaso, no citaré la paella no vaya a ser que en el siguiente libro la sustituyan por un ‘risotto del signorino’ o una ‘quinoa a banda’.

Voy a aclarar que yo los Poke me los como todos. Este pasado fin de semana sin ir más lejos. Y el tamaño más grande que había, oiga. Pero ni con una botella de Rioja o Ribera del Duero enterita se me ocurriría incluir uno en un recetario que presento presumiendo de nuestra tradición gastronómica y señalo que nos estamos desarraigando.

El ministro Garzón y la Carne 2.
Poke tradicional de cualquier pueblo de la serranía de Ronda o las tierras altas de Soria.

Tú dentro, tú fuera

Y qué decir del tercer párrafo…

Si eres operaria de una empresa transformadora, contable de una multinacional cárnica, investigadora de un laboratorio de seguridad alimentaria, veterinario de una granja, propietaria de una cárnica familiar o ganadero de una pequeña o gran explotación, y te estás haciendo preguntas como estas…

  • ¿Hay en el libro una receta con carne de mi vaca, mi oveja o mi cerdo?
  • ¿Alguna con mi producto cárnico?
  • ¿Quizá por lo menos una con un poquito del chorizo, el jamón, o las costillas que en cuya elaboración he participado?

En ese párrafo tienes la respuesta. Allí podemos leer que el libro ofrece:

…una propuesta sencilla para preparar comidas (de*) forma rápida, barata y saludable. Y lo hace con productos de nuestra tierra, apoyando el trabajo y el esfuerzo de miles de familias que se dedican a producirlos respetando el medio ambiente.”

Alberto Garzón

(* El ‘de’ lo incluyo para que se entienda la frase, ya que el libro no tiene carne, pero sí erratas).

Dicho de otro modo. Quedan fuera del recetario aquellos que, en opinión del ministerio, o bien no producen productos de nuestra tierra, o bien su trabajo y esfuerzo no merece ser apoyado porque no trabajan respetando el medio ambiente.

Como ya dije antes, Una respuesta nítida. Cristalina.

Lo que al parecer toca y lo que no

El sector Cárnico está compuesto por empresas y trabajadores; procesadores y ganaderos; carniceros y charcuteros. Todos ellos, hay que recordarlo, también son consumidores.

Consumidores que, como decía al inicio, probablemente dormían confiados en que el ministerio de Consumo estaba trabajando para solucionar problemas como el incremento de la factura de la luz, que ha subido un 68,1% en lo que va de año (30/11/2021). Una situación que ha disparado más de un 40 % los costes del 62,07 % de las cárnicas españolas, poniendo en riesgo a muchas empresas y empleos.

Más aún con un ministro que el 1 de diciembre de 2017, cuando la factura de la luz había subido un 10 % en un año y él estaba en la oposición, dijo:

“Miles de familias no podrán mantener sus casas a temperaturas adecuadas, lo que repercutirá gravemente en la salud de los que menos tienen. Ningún Gobierno decente debería tolerarlo”.

Alberto Garzón

Pero como decía Jordi Pujoll, “això no toca!”.

Tocaba en 2017 con un 10 %, pero ahora no, con un 68,1 %.

Lo que toca es este libro de recetas.

Un libro en cuya presentación, además, el ministro Garzón argumentó que pese a la “polémica de la carne”… “no decimos a la gente lo que tiene que comer o no comer”. Y se mostró “esperanzado” en “cambiar los hábitos de consumo”.

No sé. Cuando estudié Comunicación me dejaron claro que si haces una acción o campaña con la esperanza (el objetivo) de que cambie un comportamiento de los consumidores en realidad sí que estás diciendo a la gente con meridiana claridad, o como mínimo sugiriendo de un modo que no deja lugar a dudas, lo que según tú tienen que hacer. En este caso, lo que tienen que comer y lo que no.

El ministro Garzón y la Carne 3.
Todos los ingredientes cárnicos de las 40 recetas del libro del ministerio de Consumo reunidos para la foto.

Lo que sí que toca y lo que no

Cada vez tengo más claro que esta polémica Garzón-Sector Cárnico está llegando demasiado lejos, cuando lo que toca realmente es colaborar entre todos en favor de los consumidores, que lo único que quieren es alimentarse bien. Pero colaborar de verdad.

Por eso, desde la humildad, voy a proponer a Alberto Garzón mi lista alternativa de propuestas de lo que toca y lo que no. Y en todos estos puntos me consta que el sector Cárnico está dispuesto a trabajar de la mano con el ministro de Consumo (al igual que hace con el de Agricultura o la de Industria, por ejemplo) para mejorar la salud de los consumidores.

Eso sí, partiendo del lugar exacto, con datos reales, en el que sí está el sector Cárnico (y no dónde algunos dicen o insinúan que está) en materia de sostenibilidad y salud. Concretamente…

  • Nadie duda (tampoco las personas que conforman el sector Cárnico) que es más sano comer menos de cualquier alimento que comas en exceso, incluida la carne. Pero de ahí a que ésta desaparezca de la dieta va un abismo. Un abismo que conduce directamente a lo que precisamente se dice en el libro que se quiere evitar: una alimentación insana.
  • El sector Cárnico tampoco tiene dudas de que hay que hacer mucha pedagogía sobre ‘dieta sana’, y de hecho ese es un mensaje omnipresente en las campañas de la industria Cárnica.
  • Tampoco se duda en el sector Cárnico de que toca trabajar (lo que haga falta y más) en la reducción de GEIs. Es más, si el ministro Garzón comprueba los datos de su propio Gobierno verá que el Cárnico es uno de los sectores que más implicación y mejores resultados tiene en esta materia en los últimos 10 años.
  • Pero lo que sin duda no toca es negar esta realidad del ser humano: Millones de años de evolución nos han dotado de un aparato digestivo que es el que es; y de un organismo que necesita lo que necesita.

Y eso implica que para comer sano hay que comer carne. En su justa medida, por supuesto.

Una medida que cualquier nutricionista podrá confirmar que es superior a dos medias pechugas de pollo en 40 recetas.

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Daniel Valero Martín
Daniel Valero Martín
06/12/2021 11:56

ENHORABUENA; aunque pienso que con este “especímen” no hay nada que hacer, “mientras todavía esté allí”, pero también pienso que es necesario hacer presión; porque si las PYMES (la gran mayoría del sector cárnico y alimentario lo son) como dijo alguien cercano ” son la sangre del medio rural” – la frase no es mía – pero sí añado otra; “y el suelo de nuestra economía” creo que con casi tres millones de PYMES que pagan “todavía” a nueve millones de asalariados y unas 450.000 de los sectores agrario, ganadero y transformación alimentaria; deben hacerse más visibles ante la sociedad para evitar desaparecer, ya que desde 2020 hasta junio de 2021 han desaparecido 500.000 empresas, y del total actual de PYMES las “microempresas “de 1 a 9 operarios” emplean a más de 3.300.000 trabajadores, razones -creo- suficientes para darles mayor visibilidad ante la sociedad y ante el gobierno, incluído el “especímen” que ha motivado tu artículo. Llámame; y enhorabuena, nuevamente, por tu próximo editorial (supongo).

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