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España 2050: Vale, nos rendimos, matamos nosotros mismos todo el ganado de carne

¿Ataque nuclear? No, flatulencia vacuna nivel Estado de Emergencia y confinamiento obligatorio según el Plan España 2050.

Venga, va. Nos rendimos. El Plan España 2050 lo ha logrado. Para expiar nuestros pecados, vamos a arrasar nosotros mismos todo el ganado de carne. Mataremos todas las vacas, cerdos, ovejas, cabras, aves y conejos por el bien del Planeta. Confesamos, nosotros el sector cárnico ganadero, que somos los Supervillanos de The boys, Jupiter’s Legacy o The umbrella academy (ahora que las series están tan de moda); que organizamos lo de Lee Harvey Oswald; y que planificamos lo de Islero azuzándole todos los días en la dehesa con un palo que tenía una foto de Manolete.

Somos lo peor. Lo dice el Gobierno y su presidente. Porque tras la presentación de las 600 páginas de Plan España 2050 los españoles deben pensar que el cambio climático se debe fundamentalmente a deyecciones animales. Casi parece que hemos declarado la guerra al Planteta Tierra atacando con armas bacteriológicas masivas como las ventosidades de las vacas de carne.

No hay más que leer algunas medidas del susodicho plan presentado por Pedro Sánchez para comprender que lo del cambio climático se soluciona cargándonos al ganado de carne (las vacas de leche y las gallinas ponedoras, quedan ‘indultadas’).

Bien es cierto que las cifras oficiales que, en principio, deberían avalar dicha conclusión me tienen un tanto perplejo.

A ver si me explico…

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Datos…

Según los datos oficiales del Gobierno (el mismo ejecutivo que da a entender en el Plan España 2050 pone el foco en reducir drásticamente el ganado destinado a la producción de carne y el consumo de ésta) el ranking de sectores emisores de gases de efecto invernadero es el siguiente:

  1. Transporte (27 %).
  2. Industria (19,9 %).
  3. Generación eléctrica (17,8 %).
  4. Consumo de combustibles (8,5 %)
  5. Procesos industriales y uso de productos (8 %).

Pues sí. Resulta que la ‘malvada’ ganadería no está entre los cinco primeros. Su contribución del 7 % a ese ranking no le permite figurar en puestos de tanto privilegio.

Es más, ese 7 % es el total de la ganadería. Es decir, incluye porcino, ovino, aves, conejos, vacuno de carne… y vacuno de leche. Por poner un ejemplo, la aportación del ‘Supervillano’ vacuno de carne (no nos quedemos cortos en la denominación, al fin y al cabo hablamos de una amenaza planetaria) es del 3,5 %.

O dicho de otro modo: Cuando finiquitemos todas las vacas de carne y eliminemos el consumo de carne de vacuno de la dieta humana las emisiones de efecto invernadero se reducirán la estratosférica cifra de un… ¡¡¡¡¡3,5 %!!!!!

Yupi.

Estamos salvados.

Maticemos

Pero antes de echar las campañas al vuelo, maticemos: En realidad, esa reducción de las emisiones que llegará tras el genocidio vacuno no será ni siquiera el citado 3,5 %.

Me refiero a que no habrá vacas de carne y no comeremos carne de vacuno, pero algo comeremos. Y producir ese algo, ya sea lechuga, garbanzos o cualquier ultraprocesado que imita a la carne genera también huella de carbono. Por lo tanto, siguiendo ese ejemplo, la reducción real de cargarnos todas las vacas de carne sería ese 3,5 % menos el porcentaje que genere la producción de los alimentos con los que sustituyésemos la carne vacuna. Y lo mismo con el resto de carnes.

Entonces… ¿la reducción será del 2 %? ¿Del 1 %? ¿del 3 %? Mejor no sigamos por ahí, porque más de uno que se considera ecologísta puede llevarse una sorpresa con la huella que deja la producción de algunos alimentos presentados con un marketing agresivo como limpios y sostenibles y que no son más que ultraprocesados con huella de carbono de alto nivel (curiosamente estos no solo no generan rechazo en determinados grupos sino que, además, los defienden).

¿En serio el 3,5 % merece tanto ataque?

Realmente no lo entiendo. El sector cárnico es el primero en sostener que esa cifra debe reducirse (y de hecho puede demostrar que lo está haciendo, al contrario que otros), y los esfuerzos que realiza en I+D+i, por ejemplo en alimentación animal para reducir dichas emisiones, son dignos de ejemplo.

Sin embargo, da la sensación de que da igual porque los que ya han decidido que el sector cárnico ganadero es culpable no quieren ni escuchar ni ver las pruebas que demuestran que deberían poner el foco de sus esfuerzos en otros sectores.

Y por eso duele más ver tanto interés del Gobierno, plasmado en su Plan España 2050, en algo que, de acuerdo a sus propias cifras, no lograría resultados tan significativos como los que pueden lograr legislando otros temas.

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Fuente: Greenpeace

Un ejemplo, artículos como este de Greenpeace (probemos con esto, ya que a nosotros no nos creen por ser Supervillanos) deja claro que durante el confinamiento, pese a que las vacas seguían flatulando alegremente, los cerdos defecando con regularidad o las ovejas soltando sus cuescos como canicas por millares, las emisiones de gases de efecto invernadero cayeron en picado. No un 2 o un 3 %, no. Desplomes del 30, 40, 50 % según las zonas.

  • ¿No es razonable que esa drástica reducción de la contaminación durante el confinamiento merezca una reflexión sobre los verdaderos sectores sobre los que hay que legislar para conseguir bajadas significativas?
  • ¿En serio no merecerían más dedicación y comentarios por parte de Pedro Sánchez algunas empresas que forman parte de los sectores de Transporte, Electricidad o Combustibles y que se presentan en su publicidad como ‘verdes’ ‘limpias’ y ‘sostenibles’?
  • ¿De verdad criar vacas, cerdos, ovejas, cabras, aves y conejos es menos ‘verde’ que extraer petróleo y transformarlo?

Seré yo, pero… caray, me cuesta verlo.

Y, como a mi, también le cuesta a las industrias ganadera y cárnica:

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Vicente Peñas García
Vicente Peñas García
01/06/2021 14:08

Sr. J.C. Vicente, ¡Como utiliza usted datos y números! esto no es riguroso, en nuestra querida España sólo es de rigor las ideas que unos iluminados tienen en un momento de inspiración sin fundamento alguno y “cagadas”, perdón y cargadas de ecologismo, animalismo y muchos más “ismos” que quedan muy bien en una presentación pretenciosa ante otras personas receptivas pero que ignoran la realidad y las necesidades de la humanidad. No hemos hecho las cosas bien y hay que tomar decisiones para la sostenibilidad, estas decisiones creo que deben de ser fundadas en datos (como los suyos), estudiadas (por técnicos), meditadas (sopesando pros y contras) y después puestas en marcha con un programa coherente, pero lo que no procede es lanzarlas porque hay unos socios “Verdes” y ya puestos o indultar porque hay unos socios separatistas. ¿Dónde quedan las soluciones para la España vaciada? ¿Una de ellas es eliminar la producción ganadera?, un 3,5 % menos la diferencia de las alternativas. ¿Es un argumento suficiente para vaciarla más? Sé que mi opinión no será compartida por muchos pero creo que debemos dejarnos de “Iluminaciones” y ser más rigurosos utilizando datos. Enhorabuena Sr. J.C. Vicente.

Alberto
Alberto
01/06/2021 13:38

Excelente artículo, real como la vida misma. Y además se pretende salvar el medio rural porque ahora es “cool”.

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