Cuando aún nos encontrábamos disfrutando de los días de piscina, las terracitas y el calor abrasador del mes de julio, comencé a hablar con la agencia que organiza los premios SEPOR de Oro para que Cárnica actuara como medio colaborador de este evento, al igual que se había hecho en años anteriores.
Tras pasar el período vacacional y dejar cerrado el acuerdo, estuvimos organizando en la oficina cómo íbamos a plantear nuestro viaje a Murcia, ya que queríamos aprovechar la vuelta para acudir a la feria, a los premios y, ya de paso, visitar a nuestros amigos de El Pozo.
El origen de los despropósitos
Hasta ahí todo bien. Sin embargo, algo así como dos semanas antes de la celebración de los premios, recibo su convocatoria y me encuentro con que son en Madrid y no en Lorca, como se ha hecho siempre y como creía en todo momento que sería nuevamente este año. Llamo inmediatamente a la agencia que organiza estos premios y me cuentan una película extraña sobre que, dada la repercusión que estaban adquiriendo estos galardones, habían decidido a última hora realizar su entrega en Madrid y, finalmente, en Lorca se haría entrega de otras distinciones de carácter más local.
La verdad es que me quedé extrañado ante el cambio repentino e ilógico de un evento de estas características que, normalmente, no suelen estar sujetos a improvisaciones ni grandes movimientos de última hora.
Extrañado y comentando el asunto con algunas personas del sector tras esta llamada, me destapan el lío que tienen armado con el tema de los premios.
Según me cuentan, esta agencia es la que había venido organizando estos premios desde sus inicios y, para este año, el Ayuntamiento de Lorca había decidido prescindir de sus servicios pero, a pesar de todo, ellos han tirado hacia adelante con la organización y el asunto se encuentra ya con denuncias de por medio.
¡Menudo carajal!
Y menuda batalla nos han estado colando durante estas semanas, es lo siguiente que he pensado.
Los engaños tienen las patas muy cortas
La verdad es que me ha dado rabia sentirme utilizado de una forma tan burda y, tras confirmar que la mayoría de asociaciones y entidades iban a seguir del lado del Ayuntamiento de Lorca, que por cierto también iba a dar sus premios SEPOR durante esos días dando lugar a una situación rocambolesca con dos galardones iguales entregados casi de forma simultánea, he decidido que nuestro medio no debía ser marioneta de este circo.
Por este motivo, en Cárnica hemos dado difusión a todo lo que ha acontecido en una y otra entrega de premios, pero no hemos querido participar de un show en el que han intentado hacernos partícipes de forma engañosa y muy poco clara. A los premios de Lorca sí acudimos, pero para contar simplemente lo que allí ocurrió.
En conversaciones de pasillo, me enteré también que la agencia que siempre organizó estos premios y que ahora había decidido continuar con su celebración en solitario, había sido notificada de que quedaba fuera de su realización casi en septiembre, cuando prácticamente tenían ya todo montado. De ser cierto, esto es feo, sin duda.
La política, mala compañera
Además, me dijeron que el motivo de este desencuentro estaba basado en asuntos políticos, ya que esta agencia fue elegida por el gobierno que comandaba el Ayuntamiento de Lorca en el momento en el que se instauraron estos premios, cuando gobernaba el Partido Popular. En estos momentos su alcaldía está en manos de Diego José Mateos, del PSOE.
Acabáramos, esto tiene cierta lógica y es posible que fuera así, porque me ayuda a entender un poco mejor la situación descabellada que se ha producido. De hecho, me sirve para llegar a comprender de alguna manera una decisión tan ‘alocada’ como la emprendida por esta agencia con la celebración de unos premios que, a priori, no le pertenecen.
Recapacitando más sobre el asunto, lo que me hace pensar todo esto es que, cuando las decisiones políticas entran en estas situaciones, realmente no sirven más que para enfangarlo todo.
SEPOR está vinculado completamente con el Ayuntamiento de Lorca, pero hasta ahora siempre ha sabido desligarse de ideales políticos porque el propósito común de cualquier partido ha sido el éxito de la feria más importante de esta localidad.
Lo único que espero es que todo este asunto no siente precedentes y SEPOR no comience a tener algún tipo de tinte político, porque creo que sería realmente dañino para la feria en su conjunto.
El futuro de estos premios no sé qué cauces seguirá, pero lo cierto es que el prestigio que hayan podido ganarse durante estos años, ha quedado vilipendiado en poco más de dos semanas. A ver ahora cómo lo solucionan. Tienen un buen trabajo por delante.
