“Las distorsiones económicas y productivas que esta huelga, que esperemos que a lo largo de esta semana llegue a una situación normal, ha tenido para toda la cadena pienso-ganadero-cárnica todavía no lo sabemos, ni te puedo vaticinar cuando se va a saber, pero desde luego que va a tener su impacto para todos los eslabones a corto y a medio plazo, como poco”, subraya Jorge de Saja, director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos (CESFAC).
El paro de los transportistas, iniciado el pasado 14 de marzo por la Plataforma Nacional Defensa Sector del Transporte, sigue en pie a pesar de las ayudas del Gobierno, aunque su seguimiento no es ya tan generalizado. Pese a ello, ”no está totalmente solucionado” indica de Saja, que cuenta que “todavía el lunes teníamos operativos uno o dos convoyes, que son los que nos han salvado” y reconoce que “hasta el lunes el problema estaba sustancialmente igual, y ayer ya hemos notados que muchos transportistas han vuelto a trabajar, aunque la huelga no se ha desconvocado aún”.
Consecuencias tras más de 15 días de huelga
A raíz de estos paros, señala el director general de CESFAC “muchas fábricas de pienso han tenido que cerrar algunos días porque no tenían materia prima”, con lo cual durante esos días no han podido alimentar a la ganadería.
Jorge de Saja, director general de CESFAC.
“Hemos tenido momentos en los que en Extremadura se estaba haciendo, según las zonas, entre un 15 % y un 30 % del pienso necesario, y además el que se estaba haciendo se hacía no de manera óptima porque no se contaban con todos los ingredientes que necesita una fórmula de pienso que, fácilmente se compone por unos 30 ingredientes” lo que probablemente tenga una repercusión en el “crecimiento de los animales”, advierte.
“Está claro que los animales no han tenido su ciclo de alimentación normal, no han tenido su ciclo de sacrificio normal, y muchos animales están pasados del peso y volumen para su transporte y sacrificio óptimo, por poner un ejemplo”, constata.
“Las zonas del interior del país, como Extremadura, sobre todo, seguida de Andalucía, han sido las que se han visto más afectadas por estos paros. Castilla-La Mancha se ha ido salvando”, indica De Saja.
“Incluso en las zonas del país que tenían menos problemas, aun así faltaban los ingredientes necesarios, con lo cual o no se ha podido alimentar a los animales suficientemente o allá donde sí se ha podido alimentar, no se ha llevado a cabo con fórmulas de alimentación animal óptima” y esto, afirma, “ha tenido como resultado retrasos en el crecimiento de los animales”. Por ejemplo, explica, “en Extremadura y Andalucía estábamos haciendo nutrición de superveniencia, como no tenías materias primas y además tenías dificultad para llevar la materia prima a las granjas, pues en muchas zonas de España se ha estado dando lo mínimo para que no se murieran los animales, pero no engordaban, no crecían lo suficiente, no producían leche… aunque tampoco se podía recoger. En definitiva, el impacto económico e incluso hasta moral del paro para toda la ha sido muy duro”.
Porque aunque reconoce que “hubo parches los primeros días de huelga” no fue hasta el jueves de la primera semana que “el Gobierno no reconoció el problema. Se seguía con el relato que era una organización minoritaria, no hay grandes problemas. Y es cierto que el paro lo convocó una organización minoritaria pero como consiguió conectar con los sentimientos de muchos transportistas, pues pasó lo que pasó y paralizaron el país”, lamenta.
