La planta El Cierzo Alimentaria, que fue comprada al 50 % por Noel Alimentaria y Térvalis, tiene previsto aumentar sus instalaciones, su producción y su plantilla de aquí a 2023.
Este año la planta industrial de elaborados cárnicos ubicada en La Mata de los Olmos (Teruel) ampliará los secaderos, con una inversión de 2,5 millones de euros y creará entre 5 y 10 puestos de trabajo para pasar a un volumen de producción de 110 tm/semana (5,5 millones de kg). Y, para 2023, el objetivo es hacer una nueva ampliación, invirtiendo 10 millones de euros, y que significará duplicar la planta, sus volúmenes de producción y la creación de entre 20 y 25 trabajadores adicionales.
En esta planta, que fue relanzada tras la fusión de Térvalis y Noel y en la que se producen elaborados cárnicos curados, se han invertido en los últimos dos años 5,5 millones de euros y da empleo a 35 trabajadores. El objetivo “es fabricar este tipo de productos con materia prima de la DO de Teruel para venta en mercados nacionales e internacionales” tal y como han señalado sus máximos responsables, Generoso Martín (Térvalis), Joan Boix y Anna Bosch (Noel) durante la visita a las instalaciones del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán.
La reapertura de la fábrica de embutidos, la antigua Sadisa, refuerza el papel de La Mata de los Olmos dentro del sector cárnico tras el relanzamiento del matadero con la llegada de la multinacional alemana Tönnies.
La reapertura supone la tercera oportunidad para la industria, que cerró en 2009 tras funcionar un breve intervalo como Sadisa. Volvió a cerrar en 2018 tras un corto periodo de funcionamiento dentro del Grupo Nozar.
Pacto por la sostenibilidad
Durante su visita, Lambán ha indicado que el Gobierno de Aragón promoverá un gran pacto por la sostenibilidad -tal como anunció durante el Debate sobre el estado de la Comunidad el pasado mes de octubre- para reducir las emisiones difusas hasta un 40 % en los próximos años. Se superaría así el 26 % inicialmente previsto hasta 2030, lo que a juicio de Lambán, requerirá “un gran esfuerzo de la Administración”.
Asimismo, el presidente se ha mantenido firme en su defensa del sector cárnico aragonés y en general, del sector primario, negando que “en Aragón existan macrogranjas que pongan en entredicho el trato animal, la calidad de los productos cárnicos ni la afección medioambiental, gracias a la exigente normativa aragonesa que ha sido pionera además en el tratamiento de purines”. Por ello, se ha propuesto que, precisamente, sea el sector primario el que primero alcance los objetivos de sostenibilidad, por delante de otros sectores de la economía aragonesa.
Lambán ha defendido el buen hacer y la calidad del sector primario y la agroindustria, y ha destacado el grado de compromiso de sus profesionales, de cuya mano quiere ir acompañado para “avanzar en proyectos innovadores y pioneros que, como Térvalis, ya promueven algunos dirigidos al tratamiento de purines”.
El presidente aragonés ha recordado, además, que en el Proyecto de Ley de Agricultura familiar –que actualmente se encuentra en las Cortes y podría entrar en vigor en 2022- se propone ya limitar la capacidad de las explotaciones para el resto de las especies, ya que actualmente no existe ningún límite.
La normativa aragonesa sobre purines es la más exigente de España y, además Aragón ha declarado “zonas saturadas” (11 municipios) donde ya no es posible instalar nuevas granjas ni ampliar las existentes. También ha prohibido las granjas en los espacios naturales protegidos y sus áreas de influencia (anteriormente no había una legislación que lo impidiera).
El pasado 30 de julio se publicó la Orden del Consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente por la que se modifica, al objeto de perfeccionarlo, el decreto de purines (Decreto 53/2019, de 26 de marzo) y con el propósito de garantizar el crecimiento sostenible del sector porcino y de la ganadería intensiva en general. El fin último es regular los criterios y el procedimiento administrativo para garantizar un uso eficiente de los purines como fertilizante, revistiendo especial relevancia el hecho de haberse establecido como norma general que para autorizar una nueva granja o la ampliación de una existente será necesario que el territorio inmediatamente próximo a la granja pueda asumir la producción del nitrógeno generado por la misma.
Con todo ello, y teniendo en cuenta la regulación también existente relativa a declaración de zonas saturadas, Aragón no sólo es la Comunidad Autónoma más exigente en términos objetivos en relación con la gestión de purines, sino la que ha configurado un marco regulatorio más claramente orientado al uso fertilizante de los purines en el contexto de la economía circular.
El tamaño máximo de las granjas porcinas está regulado sin que pueda superarse un determinado límite en función de la orientación productiva. El 58 % de las 4.000 explotaciones que hay en Aragón se ubican en municipios de menos de 1.000 habitantes, por lo que su contribución a la lucha contra la despoblación y al desarrollo rural es determinante. Especialmente en Teruel donde operan importantes compañías como Térvalis, Grupo Arcoíris, Portesa, Espuña, etc. y donde se ubica la única denominación de origen protegida de jamón de la Comunidad. En Teruel hay 821 explotaciones de porcino con 1.250.000 plazas de cerdos de cebo y 75.000 madres reproductoras.
El porcino genera en Aragón 12.000 puestos de trabajo, de los que 4.900 puestos corresponden a mano de obra directa.