De bienestar animal hablan muchos, pero muy pocos pueden hacerlo con la credibilidad de Quintiliano Pérez Bonilla, uno de los veterinarios de referencia en España, principalmente en porcino. Como Presidente del Comité Científico de Bienestar Animal de INTERPORC, nos expone las características y singularidades de esta certificación.
En términos veterinarios, ¿qué es exactamente el Bienestar Animal?
En el Congreso Nacional Veterinario que se celebró en Murcia en el mes de mayo de 2019 y dentro de las 16 conclusiones generales del mismo, por primera vez en la historia, la Profesión Veterinaria aprueba y determina el concepto de Bienestar Animal.
El hecho tiene enorme importancia, puesto que dicha conclusión se aprobó tras un importante debate en el seno de la ponencia, que tuve el honor de presidir. Dicha ponencia fue posteriormente sometida al criterio del plenario, el cual y tras aportaciones interesantes la ratifica por unanimidad, quedando de la forma siguiente:
El Bienestar Animal es la ciencia que estudia la forma de vida de los animales con el fin de que los mismos tengan cubiertas en todo momento sus necesidades fisiológicas y vivan en un medio ambiente adecuado y confortable; sin dolor ni miedo y sean sacrificados sin sufrimiento y sin que consideraciones políticas , sociales o religiosas interfieran en su consecución.
Como se puede comprobar, la definición abarca todos los conceptos, todos los condicionantes precisos y necesarios para conseguir el objetivo.
Y como no puede ser de otra manera, cumple también con los principios de bienestar animal establecidos por la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE).
Por todo ello, en mi opinión, creo que la definición de Bienestar Animal aprobada por los veterinarios refleja claramente la realidad de los hechos, marcando las directrices correctas para conseguir que todos los animales disfruten del bienestar que les corresponde.
¿Qué destaca como experto de dicha definición?
En primer lugar que coloca el concepto de Bienestar Animal a nivel de ciencia.
Y esto es así porque al igual que en otras materias, es preciso contar con los profesionales, con los expertos, con los científicos correspondientes, para poder ser objetivos a la hora de abordar un tema en cuestión.
En este caso es absolutamente imprescindible que sean los profesionales que cuentan con más formación universitaria, más bagaje científico y, en definitiva, mejor preparados están para abordar con conocimiento de causa y sin riesgos de equivocarse los temas relacionados con la cría de los animales, quienes aporten sus conocimientos al objetivo de proporcionar a los animales el mejor bienestar a lo largo de toda su vida.
Estos profesionales deben tener formación suficiente en diversas materias, deben saber fisiología, anatomía, patología, alimentación, nutrición, sanidad… Es decir todo un conjunto de conocimientos que les van a permitir, ser los más capacitados para realizar mejor su labor en beneficio de los propios animales.
En consecuencia, el Bienestar Animal, como otras ramas del saber (matemáticas, economía, traumatología, bioquímica, etc), no debería ser tratado por personas o entidades que no poseen el adecuado asesoramiento técnico y cuyas opiniones emitidas, con buena voluntad por supuesto, pueden hacer un flaco favor a los propios animales.
El bienestar animal debe ser tratado por los profesionales que tras duros e importantes años de formación en la Universidad, han adquirido los conocimientos señalados anteriormente.
Por lo tanto, el bienestar animal tiene mucho de ciencia más allá de cualquier opinión no profesional…
Eso es. De hecho, si continuamos con la disección de la definición, vemos cómo la misma va recogiendo los elementos clave que se deben cumplir para proporcionar a los animales una verdadera situación de bienestar, señalando lo siguiente: la forma de vida de los animales domésticos, cumpliendo los principios de la definición, ¿puede considerarse peor o mejor que la de los animales salvajes?
Además, la definición no habla de la forma de producción o forma de cría de los animales. No se está refiriendo a una forma de mantener animales con el fin de producir carne, leche huevos. No.
Se está refiriendo a conseguir como objetivo fundamental: que todos los animales vivan en las mejores condiciones de bienestar en función de sus características anatómicas y fisiológicas. ‘Es la Ciencia que estudia la forma de vida de los animales’. No se está refiriendo únicamente a estudiar la forma de vida de los animales domésticos. La definición abarca las diversas formas de vida, de todos los animales, de todas las especies y de todas las razas, con independencia de que sean domésticos o no. No excluye a ninguno e incluye a todos.
Porque las preguntas que deberíamos hacernos, son las siguientes: ¿Los animales que viven fuera de las granjas tienen siempre un bienestar adecuado? ¿Disponen siempre de la alimentación correcta y equilibrada? ¿No tienen carencias alimentarias? ¿No tienen problemas sanitarios, enfermedades infectocontagiosas y parasitarias que les afectan y perjudican negativamente?
¿Por eso la definición también dice que “tengan cubiertas en todo momento sus necesidades fisiológicas”?
Correcto. Con este apartado se pretende reflejar la enorme importancia de proporcionar a los animales una alimentación equilibrada y adecuada a su forma de vida. Es decir, deporte, compañía, caza, proporcionar alimentos a la sociedad, etc. Y para cubrir sus necesidades alimenticias en función de las diferentes situaciones fisiológicas en las que se puedan encontrar, como pueden ser la gestación, lactación, etc.
El objetivo es evitar la aparición de enfermedades carenciales, infecciosas, parasitarias, traumatismos, etc. Hechos que son fundamentales y que no son considerados en muchas ocasiones.
A esto hay que añadir, como dice la definición, que “vivan en un medioambiente adecuado y confortable“.
Es decir, que debemos proporcionar a los animales instalaciones limpias, higiénicas, desinfectadas, con la temperatura acorde con la edad, con la ventilación precisa, sin aglomeraciones, con la intensidad lumínica correcta.
Y todo eso contribuye a que vivan “sin dolor ni miedo“, evitando en todo momento causarles ningún tipo de daño, para que no se sientan maltratados y con miedos hacia sus cuidadores.
Llegamos a la parte más sensible, el sacrificio…
La definición lo deja claro cuando continúa diciendo… “y sean sacrificados sin sufrimiento”. Es decir, se obliga en todo momento a aplicar las normas aprobadas en la legislación vigente correspondiente en cada momento.
Incidiendo en esta obligatoriedad de contemplar la ley con la frase “y sin que consideraciones políticas, sociales o religiosas interfieran en su consecución”.
Esta última apreciación es muy interesante porque todos sabemos que, por motivos religiosos, a veces se realizan sacrificios de animales de tal forma que se produce un choque frontal entre nuestro concepto occidental de bienestar animal y las formas de actuación que algunas religiones determinan en el momento del sacrificio. Y ahí es donde está el conflicto.
Al abordar esta situación, los veterinarios ya en el citado congreso de 2019 propusimos que se buscaran fórmulas alternativas para que el sacrificio de estos animales se realizara de tal forma que se hiciera compatible el bienestar del animal en ese momento, en el momento del sacrificio, con los principios religiosos correspondientes.
¿Por lo tanto hay que diferenciar entre bienestar, malestar y maltrato?
Por supuesto que sí. Son términos totalmente diferentes. El bienestar animal ya lo hemos definido anteriormente. Entendemos por malestar animal, una situación coyuntural, corta en el tiempo y que de forma puntual, accidental y por desconocimiento, se produce en un lugar donde se crían animales. Se trata de situaciones que se resuelven lo más rápidamente posible, en cuanto el cuidador conoce el hecho.
Por ejemplo, la falta puntual del agua de bebida en una instalación de cría de animales, que se resuelve de forma urgente. Por el contrario, entendemos por maltrato animal una situación permanente e intencionada de hacer daño a los animales. De ahí la necesidad de contar con profesionales que tengan los conocimientos precisos para poder actuar como peritos objetivos y poder diferenciar entre los conceptos señalados anteriormente.
¿Por qué cree que hay tanta confusión entre estos conceptos?
Pues precisamente por lo que venimos comentando a lo largo de esta entrevista. Por desconocimiento e intrusismo. Al igual que yo no me atrevería a opinar, y mucho menos criticar, sobre la regulación del espacio aéreo del aeropuerto Adolfo Suarez en Madrid-Barajas, puesto que mis conocimiento en esa actividad son limitados; tampoco se debería opinar y mucho menos sentar cátedra sobre el tema del bienestar animal si no se tiene la formación, los conocimientos necesarios, o el asesoramiento profesional imprescindible. Teniendo en cuenta, además, que el tema tiene una trascendencia muy importante.
El artículo 337 del Código Penal tipifica el maltrato animal como delito. De ahí la necesidad de contar con peritos profesionales especializados en estas materias, pues sus conocimientos son clave para que la sentencia de un tribunal de justicia se incline entre la absolución y la condena.
¿Que ha aportado el Comité Científico de Bienestar Animal de INTERPORC, del cual es usted presidente, a la creación del sello IAWS?
El Comité Científico, está integrado por representantes de Facultades de Veterinaria, Escuelas de Ingenieros Agrónomos, el INIA, (Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias), la Academia de Ciencias Veterinarias y profesionales de primer nivel del sector porcino, tanto en la faceta de producción animal como de mataderos.
Es decir, está conformado por expertos en la materia que conocen perfectamente la forma de cría de los animales, la manera más adecuada de realizar el sacrificio de los mismos y, por supuesto, la legislación nacional e internacional vigente en la materia.
En consecuencia aportan todos sus conocimientos para que el Sello IAWS sea una certificación equilibrada, real y que se ajuste a las necesidades de bienestar de los animales en granja y en matadero.
¿Qué valor diferencial tiene esa certificación respecto a las existentes en otros países?
Nuestro sello posee características muy potentes de las cuales voy a resaltar tres.
En primer lugar, es universal, puesto que puede servir a todos los operadores españoles integrados en INTERPORC a través de sus respectivas organizaciones agrarias y sectoriales.
Además, está respaldado por un Comité Científico de expertos.
Y tercero, para su obtención y mantenimiento los operadores deben superar una auditoría realizada por empresas especializadas independientes.
¿Cómo valora que otras interprofesionales españolas impulsen sellos de Bienestar Animal basados en el IAWS y adaptados a las características de cada tipo de animal?
Lo valoro muy positivamente. Indica que las diferentes interprofesionales de los diferentes sectores ganaderos españoles son absolutamente responsables y están comprometidas con el consumidor español, garantizando que nuestras carnes proceden de animales criados en las condiciones de bienestar animal que les corresponde.
¿En un mundo en el que la preocupación por el bienestar animal es creciente, sellos como el IAWS responden a las demandas de los consumidores?
Por supuesto. El sello IAWS nace para satisfacer esta demanda considerando que las condiciones necesarias para su obtención, van más allá de las estrictamente reflejadas en la legislación vigente, han sido discutidas y aprobadas tras los debates científicos desarrollados en el seno del Comité, y su cumplimiento es comprobado por auditorías independientes.
Puedes leer la entrevista completa en el número 146 de Cárnica.