La filial norteamericana de JBS, una de las principales productoras de carne de vacuno y porcino de Estados Unidos, ha confirmado que desembolsó 11 millones de dólares (9 millones de euros al cambio actual) tras el ciberataque sufrido a principios de este mes para “mitigar cualquier problema imprevisto relacionado con el ataque y asegurarse de que no se filtraran datos”, tal y como indica en un comunicado.
En el momento del pago, la gran mayoría de las instalaciones de la empresa ya estaban operativas, reconocen desde JBS. Esta decisión, confiesa Andre Nogueira, CEO de JBS USA, fue “una decisión muy difícil de tomar para nuestra empresa y para mí personalmente. Sin embargo, sentimos que esta decisión debía tomarse para prevenir cualquier riesgo potencial para nuestros clientes”.
Según el FBI, el ciberataque del que fue víctima la filial de JBS lo perpetró “uno de los grupos de ciberdelincuentes más especializados y sofisticados del mundo” y ante el cual la cárnica supo resolver con rapidez los problemas resultantes del ataque, que le obligaron a paralizar sus operaciones en Estados Unidos y Australia, gracias a sus protocolos de ciberseguridad, sistemas redundantes y servidores de respaldo encriptados.
Según informa JBS, las investigaciones forenses de terceros aún están en curso y no se han tomado determinaciones definitivas, aunque los resultados de la investigación preliminar confirman que ningún dato de empresa, cliente o empleado se ha visto comprometido.