Rabobank ha publicado el informe de sector de carne de vacuno correspondiente al cuarto trimestre de 2020. En él, la entidad financiera holandesa señala que pese a que el consumo total de carne de vacuno no ha cambiado demasiado, la irrupción de la Peste Porcina Africana (PPA) y el COVID-19 han modificado los canales de distribución.
Algo que, tal y como señala, ha beneficado a algunos en detrimendo de otros, aunque augura que a medida que se superen los impactos de la PPA y disminuyan las perturbaciones causadas por el coronavirus, se recuperarán los antiguos canales de distribución.
“Es probable que muchos consumidores vuelvan a sus hábitos anteriores, pero vemos oportunidades para que los interesados en la cadena de suministro que han ganado a lo largo de este período se aferren a los nuevos consumidores y fijen nuevos hábitos de consumo”, señala Angus Gidley-Baird, analista principal de Animal Protein.
En su informe, Rabobank señala que en China, aunque el COVID-19 está en gran parte bajo control, se han detectado varios casos de carne y mariscos congelados importados afectados por el virus, que conducirá a una inspección más estricta en los puertos y la cadena de frío / almacenamiento local, lo que probablemente ralentizará las importaciones.
En cuanto a Europa, el cierre o la restricción de aforo en los bares y restaurantes harán disminuir el consumo de carne de vacuno, ya que el aumento de las ventas minoristas no ha compensado las pérdidas en el servicio de alimentos. Rabobank cree que estas restricciones durarán hasta 2021.
Y en Indonesia la demanda de carne de vacuno aún está rezagada debido a que la pandemia ha reducido el poder adquisitivo del consumidor.
