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La cadena cárnico-ganadera española responde unida ante los retos económicos y sociales de España

INTERCUNASICIPROVACUNOINTEROVIC INTERPORC han aunado esfuerzos para iniciar una ronda de reuniones con los grupos parlamentarios y el Gobierno con el objetivo de trasladarles los compromisos que el sector ha adquirido para contribuir a la reconstrucción económica del país de aquí a 2023.

Se trata de la primera iniciativa en la que todos los actores relacionados con la producción, el procesamiento y la distribución de los productos de las principales especies (porcino de capa blanca e ibérico, ovino y caprino, vacuno y cunícula) trabajan unidos para “responder de forma conjunta y responsable a unos retos económicos y sociales que ya estaban presentes en el país tiempo atrás, pero que han sido ampliados y han ganado en urgencia por la incidencia de la pandemia del coronavirus”.

Con ello, las organizaciones de ganaderos, industria y comercio cárnico pretenden dar respuesta a estos retos con la formulación de los ‘Compromisos 2023′, “unas obligaciones autoexigidas con las que se facilite afrontar la reconstrucción económica sobre unas bases asentadas en la sostenibilidad, la digitalización, la igualdad de género y la cohesión territorial, cuatro puntos claves en las prioridades y estrategias establecidas por las instituciones europeas y el gobierno español”.

El objetivo de la cadena cárnico-ganadera española es, tal y como explican, “poner a disposición de la población carnes producidas de forma ética, responsable, sostenible y saludable, y seguir trabajando junto a la comunidad científica para promover las ventajas de una alimentación variada y equilibrada y un estilo de vida activo y saludable en el marco de nuestra Dieta Mediterránea”.

Compromisos 2023

En este proceso de modernización, los actores económicos relacionados con la carne se han comprometido a que sus productos mejoren sus perfiles nutricionales y a apoyar proyectos de I+D+i vinculados a la seguridad alimentaria y la digitalización. Entre ellos destaca la incorporación del blockchain, una tecnología que permite seguir la trazabilidad de la carne desde el nacimiento del animal hasta que llega a la mesa del consumidor, para certificar así su calidad y seguridad.

Según las organizaciones del sector, “la confianza que aportará este sistema de control y garantía contribuirá a mantener, e incluso aumentar, el prestigio de un producto tan importante para la imagen de la marca España Global como es la carne y que sostiene una parte importante de las exportaciones del país”.

La sostenibilidad y el bienestar animal son otros de los aspectos clave de los Compromisos 2023. Concretamente, los representantes del sector han anunciado que en ese periodo temporal , reducirán en un 25 % los plásticos de un solo uso, y han asegurado que la energía procedente de fuentes renovables represente el 70 % del total. Además su objetivo en disminución de emisiones GEI será del 15 % en el sector ganadero y del 30 % en la industria, junto a un 5 % adicional por el incremento de un 20 % del carbono retenido en el suelo. Además, intensificarán su contribución a la economía circular y sus tres R (reducir, reutilizar y reciclar) para hacer más fuerte su lucha contra el cambio climático, mediante iniciativas en las que destaca la valorización de los subproductos de la industria cárnica hasta alcanzar el 80 % de aprovechamiento y la aplicación de estrategias de ecodiseño y mejora en el uso de recursos hasta alcanzar el 80 % de las empresas.

Igualmente, impulsarán la expansión en todo el sector del certificado ‘Compromiso Bienestar Animal’, una iniciativa, pionera a nivel mundial, y que estará implantada en todos los sectores durante 2021, y que recoge exigencias superiores a las establecidas en la actual normativa europea y nacional en esta materia, controladas mediante auditorías y un comité científico independiente.

Por último, los esfuerzos del sector se centrarán en intensificar su contribución a la vertebración de España, tanto en lo que concierne a la integración de la mujer como en la dinamización de la España Despoblada.

En el primer caso, las organizaciones cárnicas se comprometen a crear igualdad de oportunidades y alcanzar el 50 % de empleo femenino en todos los actores de la cadena.

En lo que respecta al problema demográfico, la tarea se centrará en continuar revitalizando estas zonas del país en las que la presencia de la ganadería y su industria asociada supone ya una dinamización económica y social que sirve como anclaje para la población, desarrollando su actividad como uno de los principales motores económicos del mundo rural español, con el firme propósito de acercar la España Despoblada al objetivo de la España Desarrollada.

Un sector estratégico

El esfuerzo que el sector debe realizar para cumplir con estos compromisos se sustenta en su fortaleza económica y el arraigo social que atesora en una gran variedad de zonas de la geografía española. Las capacidades del sector para mantener su actividad e incluso mejorarla han sido demostradas durante la fase más dura de la pandemia, momentos en los que se ha asegurado el suministro de alimentación a las familias, por un lado, y la contribución a la economía del país, especialmente a mantener el saldo positivo de su balanza de pagos. Tanto es así, que el sector cárnico ha sido el único sector junto a las actividades financieras y los seguros que ha mantenido su crecimiento económico durante los últimos meses.

El conjunto de los actores cárnicos aportan cerca de 42.000 millones de euros al PIB nacional que se dividen entre los 15.172 millones de la ganadería y los 26.822 que supone la industria cárnica. En lo que respecta al empleo, la actividad cárnica genera 672.000 empleos directos, concentrados principalmente en la ganadería (500.000), en la industria (97.000) y el comercio minorista (75.000). Además, el sector moviliza dos millones de empleos asociados y que se encuadran en una variada selección de actividades como la producción agrícola destinada a la alimentación del ganado y a los profesionales de los sectores veterinarios, de piensos, sanidad animal, logística y transporte e industrias auxiliares.

También es notable la aportación al patrimonio natural y a la biodiversidad ya que, gracias a la actividad de la ganadería extensiva se conservan y ponen en valor especies como el cerdo ibérico y paisajes como la dehesa, ambos tan característicos de la geografía e imagen española, o la utilización de más de 25 millones de hectáreas improductivas como pasto para el ganado ovino-caprino y vacuno.

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