El sector cárnico y de productos agroalimentarios de Irlanda presentó el pasado mes de septiembre a la prensa internacional los avances logrados tras la implantación de su modelo verde de producción. Irlanda tiene una de las huellas de carbono más bajas en la producción de leche y carne de la Unión Europea, así como una de las medias más bajas de estrés hídrico en el mundo. Durante los dos días que los periodistas de diversas nacionalidades estuvieron en Irlanda pudieron conocer, de primera mano, la forma de trabajar de los ganaderos irlandeses, así como los resultados obtenidos de los estudios que han medido la huella de carbono que dejan sus granjas.
Bord Bia, la oficina de alimentos de Irlanda, un organismo establecido por el Gobierno irlandés para la promoción y marketing de los alimentos y bebidas de Irlanda, ha apostado por la producción de productos agroalimentarios de la nación del trébol y por su diferenciación en base a su componente sostenible, bajo el programa Origin Green.
Uno de los pilares es la reducción de las emisiones de carbono en las granjas. El programa está acreditado y asesorado por la consultora independiente del Reino Unido, Carbon Trust, líder en la materia. Para esta compañía, para ganarse la confianza del consumidor hay que demostrar que se están midiendo estos impactos con credibilidad, consciencia y compromiso, y examinar y medir todos los eslabones de la cadena de producción, desde la obtención de materias primas, procesos de transformación, la distribución, la utilización, hasta el fin de la vida del producto.
El proyecto se puso en marcha con una muestra de 30.000 granjas, para medir sus emisiones de CO2e, comparar la complejidad de los sistemas de ganadería, así como controlar las emisiones que tiene el procesamiento de estos animales en carne. Bord Bia, gracias a su programa de garantía de calidad que funciona desde 1991, tiene acceso a los datos a nivel de granja, mientras que Carbon Trust tiene el conocimiento en el área de la huella de carbono agroganadera y el conocimiento de los estándares.
Gracias a esta alianza y a las auditorías llevadas a cabo, Bord Bia cuenta con informes sobre el comportamiento medio ambiental de cada granja, y puede analizar estos datos para identificar tendencias y establecer objetivos de mejora, desarrollar un modelo reutilizable para generar datos de carbono detallados y verídicos e integrar todo el Programa de Garantía de Calidad.
El programa piloto puesto en marcha en el sector vacuno, ya está preparada para expandirse a los sectores lácteo, avícola, porcino y ovino. El compromiso con la sostenibilidad no beneficia sólo al medio ambiente, también exige una producción más eficiente, aporta transparencia a la cadena y ofrece a los consumidores información sobre el origen y sobre el impacto medio ambiental que tienen los alimentos que están comprando. De este modo, la agricultura irlandesa se prepara para los riesgos y las oportunidades que plantean el cambio climático, la previsible escasez de recursos, el cambio de actitud y exigencias de consumidores y minoristas y para la activa protección y conservación del medio ambiente. Tras las presentaciones de Aidan Cotter, director general de Bord Bia; Jim O’Toole, responsable del Programa de Garantía de Calidad de Bord Bia, y Helen King, especialista en tendencias del consumo de Bord Bia, los periodistas congregados se desplazaron a Stoneyford (Kilkenny) para conocer de primera mano los estudios realizados en la granja mixta de vacuno y ovino de Richard Hogg, un ganadero de cuarta generación, en la que está implantando el programa desde hace dos años.
En la granja de Hogg se miden parámetros como el número de animales, el tamaño de la granja, los kilogramos de carne producidos, los periodos de pasto, el peso que ganan los animales (semana a semana, mes a mes y año a año), la utilización de fertilizantes, la cantidad de pienso o maíz utilizado en la alimentación del animal, el estiércol que genera cada animal (y su reutilización como abono) y con toda esta información se elabora un informe sobre la huella de carbono. Así, en la granja de Richard Hogg se producen 12,6 kilogramos de CO2 por cada animal, cifra algo mejor que la media nacional irlandesa (13,2), gracias a un excelente uso y rotación de la hierba, la reutilización del estiércol y el sacrificio temprano de los animales. Ello se traduce en un ahorro de costes y una calidad mejor de la carne que permite incrementar los beneficios del ganadero.
Tras esta visita, los periodistas conocieron los avances en sostenibilidad de la empresa láctea Glanbia (autosuficiencia energética, uso del 100 por 100 de la leche, reciclado del agua, eliminación de residuos…) y recibieron la visita del ministro de Agricultura irlandés, Simon Coveney, que remarcó el compromiso de su departamento por una producción más sostenible que redunde en un beneficio para el mundo y para la nación del trébol.