China ha confirmado a lo largo del mes de agosto cinco focos de peste porcina africana en la zona este del país. El último de ellos se ha producido a 350 kilómetros al oeste de Shanghai,, en una granja ubicada en Wuhu, en el condado de Nanling, donde ha matado a 80 cerdos y afectado a otros 180. El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales ha puesto en marcha el mismo protocolo de emergencia que en los casos anteriores con el objetivo de bloquear la dispersión del brote, así como sacrificar y desinfectar a los animales afectados.
Aunque aún se desconoce el origen de estefoco y el modo de contagio, ya se sabe que la cepa de China es similar a la que afectó a Rusia en 2017.
El primer caso se produjo a principios de agosto en Shenyang, noroeste del país, y desde entonces no han dejado de surgir nuevos casos en diferentes provincias y con grandes distancias entre los diferentes focos (hasta 2.000 kilómetros).
El caso está adquiriendo tal gravedad que la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha emitido un comunicado advirtiendo de la rápida propagación de la enfermedad y la amplitud del área afectada, lo que puede poner en riesgo a otros países de la zona.