China va a dejar de analizar los alimentos refrigerados y congelados que lleguen al país para localizar la presencia de covid a partir del próximo 8 de enero.
Asimismo, tampoco va a ser necesario que los alimentos importados pasen a un área de desinfección específica para que sean analizados antes de introducirse en el mercado.
Este cambio de política se ha notificado a través de un documento al que ha tenido acceso la agencia de noticias Reuters, que se ha encargado de su difusión.
China inició esta política de vigilancia del covid en los alimentos refrigerados y congelados importados en 2020, después de que un brote de la enfermedad en un mercado les hiciera pensar que su origen se encontraba en los productos alimentarios importados.
La medida ralentizó y encareció el envío de alimentos al país chino, principal comprador de carne y de otros productos perecederos.
Una medida bien recibida
Huang Juhui, fundador de Beijing Means Consulting Co., ha dicho que “la anulación de los requisitos de análisis y desinfección beneficiará sin duda al comercio de la carne en cuanto a reducción de costes adicionales y agilización de la circulación de mercancías”.
Joel Haggard, vicepresidente de Asia-Pacífico de la Federación de Exportación de Carne de Estados Unidos, ha dicho por su parte que “el fin de las pruebas de covid y de la desinfección de la carne importada en los puertos y en los puntos de distribución del mercado será un paso alentador hacia la reanudación del comercio normalizado. La medida debería reducir los costes y será bien recibida tanto por los importadores como por los exportadores”.
China ha sido el país que ha impuesto el régimen más duro en lo que se refiere a pruebas y bloqueos relacionados con la pandemia a lo largo de tres largos años. Ahora ha cambiado drásticamente su política para empezar a convivir con el virus, lo que ha desatado un foco de infecciones completamente descontrolado.