Noruega ha informado de la aparición del primer caso en ese país de Encefalopatía Espongiforme Bovina (ESB), el denominado “mal de las vacas locas”.
En concreto, las autoridades del país nórdico han señalado que el animal afectado era una res de 15 años que padecía una variante atípica de ESB, de tal manera que queda totalmente descartada la posibilidad de riesgo de contagio al ser humano a través de productos cárnicos infectados.
En todo caso, la res fue inmediatamente sacrificada tras la confirmación de la enfermedad por parte del laboratorio inglés que sirve de referencia en la Unión Europea para dicha enfermedad, y todos los restos fueron destruidos por seguridad.
La Agencia noruega para la Seguridad Alimenticia ha emitido un comunicado en el que señala que pese al positivo por ESB, dadas las características del mismo no exite ningún problema de seguridad alimenticia.