Embutidos Rodríguez está ultimando las instalaciones, en las que ha invertido cerca de 22 millones de euros, para retomar cuanto antes a la actividad normal tras el incendio que destruyó gran parte de su factoría en Soto de la Vega. Las nuevas instalaciones darán trabajo a unas 250 personas y permitirán el procesado de 4.000 canales diarias, de las que buena parte se destinarán en el mercado internacional
La sala de despiece y parte del almacén fue pasto de las llamas hace un año. Los propietarios, una familia que lleva tres generaciones en el negocio, y los trabajadores, todos ellos de la zona, reaccionaron rápidamente para reconstruir cuanto antes la factoría y retornar a la actividad. “En la actualidad hemos rematado la obra civil y estamos en torno
al 80% de ejecución en lo que se refiere al montaje interior de maquinaria y equipos”, señala el consejero delegado Miguel Rodríguez.
La reconstruída planta cuenta con una nueva sala de despiece, zona de envasado y almacén frigorífico y congelador.
Se trata de tecnología puntera que permitirá ratificar con facilidad las homologaciones de los mercados internacionales más exigentes en materia de seguridad alimentaria, clave para la exportación con garantías. Todo con el fin de volver a tener el mismo nivel de actividad que había entonces, que rondaba los 4.000 cerdos procesados diariamente, 500 a la hora, entre ibéricos y blancos.
Con esta inversión se mejorará la competitividad de la empresa y, por consiguiente, se abrirá su expectativa de negocio. Hasta el incendio, además del mercado nacional exportaban productos a buena parte de la Unión Europea, Sudáfrica y Asia oriental.
Plazos cumplidos
En el inicio de las obras se estimó en un año la duración de la reconstrucción y puesta en marcha, compromiso que se está cumpliendo a pesar de la complejidad de las obras. Algo que no habría sido posible si no hubiera un compromiso permanente de las instituciones, desde el Ayuntamiento de Soto de la Vega, en cuyo municipio lleva la fábrica casi cien años, hasta la Junta de Castilla y León, (Consejerías de Agricultura, Economía e Industria, Fomento y Medioambiente, etc), pasando por la Diputación, Confederación Hidrográfica, Unión Fenosa y diversos servicios territoriales. “Prometimos volver cuanto antes y vamos a hacerlo, pero no podemos negar que conseguirlo será fruto del esfuerzo de muchos a los que estaremos siempre muy agradecidos, porque no era fácil”, señala Miguel Rodríguez.
La actividad recuperará 250 trabajadores
La zona renovada necesitará de unas 250 personas para la sala de despiece y el almacén de congelado, que se suman al resto de la plantilla de Rodríguez hasta formar un grupo de 400 empleos directos. A ellos habría que añadir empleos indirectos en el transporte, limpieza, cartonajes, plásticos, etc… Continuarán con sus compromisos con Servicarne, cooperativa que provee de mano de obra en el sector cárnico labores especializadas, y los operarios se irán incorporando a medida que empiece a entrar en funcionamiento.
En cuanto a los proveedores, los acuerdos con granjas de Castilla y León que facturarán hasta 4.000 cabezas diarias a la factoría ya están cerrados, y todo listo para que al final del verano se reabra el ciclo productivo.
Asia espera
Entre los clientes que están esperando los productos de Embutidos Rodríguez están los coreanos y japoneses, países en los que llevan siete años operando y que el incendio les había pillado en fase de crecimiento y expansión. “Los contactos con los clientes ya están cerrados de modo que en cuanto podamos recuperar la actividad normal retomaremos la exportación”, señala Rodríguez.
La empresa espera recuperar las cifras de negocio de antes del siniestro, unas ventas anuales de unos 130 millones de euros, de los cuales buena parte proviene de la exportación, lo que la han convertido en una pieza clave del sector industrial de la provincia de León.
