Las personas físicas y jurídicas que entren ilegalmente en granjas y mataderos de Cataluña podrían enfrentarse a sanciones económicas de hasta 60.000 euros si finalmente el Parlament aprueba el proyecto de ley de modificación de la Ley 18/2001, de orientación agraria.
El proyecto de ley de modificación de la Ley 18/2001, de orientación agraria establece tres tipos de sanciones: leves, graves y muy graves.
Así, las entradas sin autorización con riesgo higiénicosanitario, es decir que provoquen daños irreversibles para los animales o su muerte, riesgo de introducción de enfermedades de declaración obligatoria, sustracción de animales incumpliendo la normativa de bienestar y de transporte animal, suministro de medicamentos o sustancias no autorizadas y liberación voluntaria de los animales al exterior, y organizar actividades en grupos de entradas y hacer difusión se considerarán infracciones muy graves con multas económicas que irán desde los 30.001 a los 60.000 euros.
Por otro lado, las entradas a granjas y mataderos sin autorización que comporten un riesgo higiénico-sanitario cuando esta entrada produzca lesiones a los animales, o ponga en peligro la salud o bienestar y suministrar sustancias o alimentos que supongan un riesgo por su bienestar se considerarán infracciones graves, y podrán tener sanciones de entre 3.001 a 30.000 euros.
Finalmente se considerará infracción leve las entradas sin autorización con riesgo higiènico-sanitario, pero sin poner en riesgo ni la salud ni el bienestar de los animales. En este caso las podrán ser entre 600 y 3.000 euros.
Los riesgos para el sector porcino de entrar sin permiso en una granja
Desde Porcat, la asociación catalana de productores porcinos, celebra que el proyecto de ley, pendiente de aprobación en el Parlamento catalán, haya incluido sanciones económicas muy graves para quienes accedan a estas instalaciones sin permiso legal.
Ricard Parés, director de la asociación, fue el encargado de defender esta posición del sector durante la Comisión de Agricultura en el Parlamento de Cataluña del pasado 30 de enero, momento en el que Parés aprovechó también para abordar otras cuestiones que preocupan a los productores de porcino.
Durante su intervención, el director de Porcat explicó a los diputados y otros comparecientes el por qué la entrada de personas ajenas a la explotación ganadera de forma no autorizada supone un “grave perjuicio sanitario” ya que existe el riesgo de entrada de enfermedades, que pueden llegar a destrozar al sector.
“Por eso la cerramos. No es para que la gente no las vea, sino porque queremos estar blindados respecto a un tema fundamental, como es la sanidad. Lo que está más allá de la zona limpia es la zona sucia y, por lo tanto, con este cercado perimetral impedimos que puedan entrar a la zona limpia animales como los jabalíes, los perros de los vecinos, animales salvajes como los zorros o plagas, dado que todo esto lleva a posibles enfermedades que harían mucho daño a la nave”, ha explicado en detalle.
El porcino, un sector clave para Cataluña
La producción ganadera tiene una importancia capital en Cataluña y, dentro de esta la producción porcina es la más relevante, puesto que representa un 80 % del total de la producción cárnica, un 62 % del valor de las exportaciones cárnicas y un 22 % del volumen total de las exportaciones de Cataluña, según los últimos datos de Prodeca correspondientes a 2022.
El censo de cerdos en Cataluña es de 8 millones de animales. De hecho, Cataluña es la segunda comunidad autónoma de España en volumen de producción porcina, detrás de Aragón, pero la primera en número de cabezas sacrificados (23 millones de cabezas equivalentes a 2 millones de toneladas).
“El mensaje es que Cataluña es un país claramente cárnico y ganadero, donde se acepta la opinión de todo el mundo, pero la tradición genuina de Cataluña es que somos un país cárnico -ha insistido Parés- y esto se tiene que tener en cuenta, sobre todo en relación con los 25.000 puestos de trabajo que genera este sector”, concluyó.