El proyecto Cattlechain, iniciativa presentada ayer durante la jornada ‘Digitalización del sector agroalimentario: retos del futuro’, busca la transformación digital del sector ganadero.
Financiada por la Comisión Europea, esta iniciativa está destinada a mejorar el proceso de producción y garantizar la trazabilidad total y el bienestar animal en la venta y consumo de productos lácteos y cárnicos, gracias a la ayuda de tecnologías IoT (Internet de las Cosas), Inteligencia Artificial y Blockchain. De este modo se conseguirá suprimir la brecha digital entre consumidores y ganaderos compartiendo con el primero toda la información sobre el proceso de producción.
Además de presentar el proyecto durante la jornada, que fue inaugurado por la directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, Isabel Bombal, se abordaron aspectos como la estrategia de digitalización del sector, enmarcada dentro del Pacto Verde Europeo “De la Granja a la Mesa”, impulsada por la Comisión Europea. Asimismo, el acto contó con el testimonio de Miguel Ángel Velasco, propietario de la ganadería Cumbres de Guadarrama, quién dio a conocer su apuesta por las nuevas tecnologías para disponer de un control absoluto no solo de la localización de su ganado sino de su estado de salud y bienestar animal desde el nacimiento hasta la mesa del consumidor, garantizando una trazabilidad efectiva durante todo el proceso.
Un ganadero 4.0
Durante la jornada, Miguel Ángel contó los motivos que le impulsaron a invertir en tecnología y los beneficios que ello le ha supuesto entre los que destacó la facilidad de saber en todo momento tanto el estado de los animales, dónde se encuentran, sin tener que perder el tiempo en buscarlos, y saber con certeza si su ganadería está siendo rentable o no.
Para ello ha contado con la tecnología de Digitalanimal, una empresa española especializada en la fabricación de sistemas de localización y monitorización del ganado mediante GPS. “Hoy no concebiría mi explotación ganadera sin estas nuevas tecnologías”, afirma.
Miguel Ángel, hijo y nieto de ganaderos, dejó Pinilla de Buitrago (Madrid) para irse a trabajar a la capital, empujado, en parte, por el fenómeno de la España vaciada y la brecha digital. Pese a ello, el campo seguía siendo su gran pasión y por eso, hace doce años decidió emprender su propia explotación ganadera centrada en la crianza de bueyes.
Sus animales están pastando en libertad, tanto en verano como en invierno, y cuentan con una alimentación totalmente natural. Para controlarlos sus animales cuentan con localizadores GPS que le permite saber dónde tiene el animal, su temperatura corporal y su estado.
Y toda esa información también la tendrá a partir de ahora a su disposición el consumidor, ya que sus envases cuentan con un código QR en el que se detalla la alimentación que ha llevado el animal; las zonas por las que ha estado pastando, su ruta hasta la sala de despiece, el lugar de engorde, entre otros muchos aspectos.
Con esta apuesta tecnológica, Miguel Ángel quiere diferenciarse dentro del mundo de la ganadería. “Es fundamental que el consumidor pueda leer en la etiqueta y verificar toda la trazabilidad del animal, la vida que ha tenido desde el nacimiento hasta su transformación en chuletón o solomillo. Con este código QR, el cliente va a poder ver cuál ha sido la vida del animal, no se lo van a tener que contar porque lo va a ver”.
