La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Asociación Mundial de Veterinarios (AMV) han emitido un comunicado en el que recuerdan que siempre, y más ahora durante la crisis generada por el coronavirus COVID-19, la actividad que realizan los veterinarios es esencial para garantizar la inocuidad de los alimentos, prevenir enfermedades y gestionar emergencias.
Este mensaje llega cuando gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas restrictivas para cerrar las empresas no esenciales. Decisiones que plantean interrogantes sobre cómo afectan dichas normas a la profesión veterinaria.
En este contexto,OIE AMV abogan por que las actividades específicas de los Servicios Veterinarios se consideren empresas esenciales.
Mantener actividades cruciales para la salud pública
En opinión de ambas organizaciones, los veterinarios son una parte integral de la comunidad sanitaria mundial. Además de las actividades relacionadas con la salud y el bienestar de los animales, desempeñan un papel fundamental en la prevención y la gestión de las enfermedades, incluidas las transmisibles a los seres humanos, y para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones.
En la situación actual, afirman, entre sus numerosas actividades, es crucial que…
- Los servicios nacionales y regionales de reglamentación e inspección veterinaria puedan supervisar la integridad de la salud pública.
- Sólo los animales sanos y sus subproductos entren en el suministro de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones.
- Se puedan abordar situaciones de emergencia.
- Se mantengan las medidas preventivas, como la vacunación contra las enfermedades que tienen un impacto significativo en la salud pública o en la economía.
- Continúen las actividades de investigación prioritarias.
Apoyo a las actividades veterinarias
Al realizar su trabajo, los veterinarios tienen la responsabilidad de salvaguardar su salud, la salud de aquellos con los que trabajan y la salud de sus clientes. Por lo tanto, deben asegurarse de que se apliquen los niveles adecuados de bioseguridad, que su personal esté protegido con el equipo necesario y que los propietarios de los animales estén informados de las medidas de precaución aplicadas.
Es responsabilidad de cada individuo asegurarse de que se respeten los comportamientos apropiados en el marco de estas actividades, para evitar una mayor propagación de COVID-19.
