Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, se reunió con los representantes de las cooperativas, organizaciones profesionales agrarias y entidades agroalimentarias, entre ellas las cárnicas FECIC y ANICE, para mostrar la unión de todos frente a los “injustos” e “inaceptables” aranceles adicionales que Estados Unidos va a aplicar como consecuencia del caso Airbus.
El ministro les informó de las acciones que el Gobierno de España lleva a cabo y señaló que se va a reunir en Bruselas, acompañado de la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, y con el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan. El objetivo es transmitir, en el nombre del Gobierno, la firme voluntad de que la Comisión Europea defienda los intereses de España y de los sectores afectados para lograr un aplazamiento o la cancelación de los aranceles que, de no producirse, serán definitivos el próximo 18 de octubre.
“No queremos entrar en una guerra comercial”, asegurado el ministro, pero “nuestros intereses deben ser defendidos”.
Para el sector agroalimentario español, el octavo mayor exportador del mundo, los mercados exteriores son estratégicos. Por ello, confia en que, a través de la negociación, Estados Unidos decida finalmente no aplicar los aranceles.
El próximo 14 de octubre en Ginebra (Suiza), en el marco del Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial de Comercio (OMC), se reunirán Comisión Europea (CE) y Estados Unidos para dirimir sobre el asunto.
El ministro ha confiado en que esta lista se anule total o parcialmente, ya que hay un panel “cruzado” en favor de la UE, cuyo laudo arbitral se conocerá en los próximos 8 ó 10 meses. Planas se ha referido al panel abierto en estos momentos, similar al de Airbus, en este caso por las ayudas concedidas por EE.UU. a Boeing.
“Lo razonable”, advierte Planas, es que desde el punto de vista del funcionamiento de un comercio ordenado, basado en reglas, “lleguemos a un acuerdo”, porque, ha añadido, el sector agroalimentario no tiene por qué pagar las consecuencias de un conflicto derivado del sector aeronáutico.
