La
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está realizando un estudio para
investigar si es posible alargar el tiempo que transcurre entre el sacrificio
de los animales y la producción de carne picada sin que ello aumente el riesgo
de desarrollo de bacterias nocivas para el consumo.
Actualmente
la legislación europea obliga a que las canales de los animales sacrificados se
refrigeren justo después de la inspección post-mortem para que la temperatura
de la canal no sea superior a siete grados.
No
obstante, la carne picada, al ser un producto más perecedero, necesita tener
una temperatura interna de dos grados o congelarse a temperaturas inferiores a
los -18 grados.
Actualmente
los plazos entre sacrificio y procesado de carne no pueden superar los tres
días en aves de corral, los seis días en otras especies menos vacuno deshuesado
y envasado al vacío, y los quince días en esta última carne de vacuno.
EFSA está investigando el impacto entre el tiempo y la temperatura de
almacenamiento para ver si se pueden alargar los tiempos y ver la influencia
que tiene en patógenos como la Salmonella spp, la E. Coli, la Listeria o la
Yersinia enterocolitica.
De
momento si ha planteado la posibilidad de que con almacenamientos a dos grados
de temperatura la carne de ave podría aguantar hasta los cinco días; las otras
especies, hasta catorce; y la carne de vacuno envasada al vacío, hasta 39.