La cárnica Martínez Loriente celebra sus primeros diez años de vida en una situación de liderazgo dentro del sector cárnico español, gracias a su único cliente: Mercadona, quien también es accionista de la compañía.
El año pasado, sus ventas crecieron el 5,2 por 100, hasta 497,5 millones de euros, mientras el volumen en kilos creció el 0,89 por 100. Eso muestra un crecimiento en productos “de mayor valor”, según destaca la compañía, y, al mismo tiempo, de mayor margen, puesto que el beneficio creció un 12,6 por 100, hasta 12,5 millones de euros.
La empresa hace énfasis en la contención de costes, apoyada en la tecnología (200 de sus 1.500 empleados están en el departamento de ingeniería) y en la mentalización del empleado. Los trabajadores perciben en una paga el 50 por 100 de los ahorros logrados sobre presupuestos.
En el grupo de productos, está ganando peso la venta asistida (que pasa del 20,5 por 100 al 28,7 por 100 de las ventas) frente a las bandejas (que bajan del 72,4 por 100 al 64 por 100 de su negocios), mientras el congelado se mantiene en el entorno del 7 por 100.
Sus apuestas a futuro van hacia productos de valor añadido: su última apuesta es el cerdo ibérico en fresco, que ha empezado a vender en febrero y está en 250 supermercados de Mercadona.
Dentro de las novedades en las que están trabajando ahora han desarrollado un proyecto, que ha dado ya sus frutos, para mejorar la terneza de la carne de ternera y diferenciarse así de la competencia. Para lograrlo, explican que no sólo se han realizado estudios genéricos que definen la mejor naturaleza de las reses, sino que también se evita al máximo el nivel de estrés que sufren de camino al matadero. El director general, Francisco Garrigues, comentó que se les tranquiliza mediante duchas relajantes y con música ambiental, además de evitar los ruidos y gritos o la aglomeración en el último transporte. Además, Martínez aseguró que, al colgar la carne de la cadera y no del garrón se mejora la terneza en un 15 por 100.