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Anprogapor se opone a la Norma de Calidad del Ibérico presentada por Asici

Por C de Comunicación

En la pasada Asamblea de la Interprofesional del cerdo ibérico (Asici), de la que es miembro la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), para elaborar una propuesta para la modificación del Real Decreto 1469/2007, de 2 de noviembre, por el que se aprobó la Norma de Calidad para la Carne, el Jamón, la Paleta y la Caña de Lomo Ibéricos (que derogó el Real Decreto 1083/2001).

Desde Anprogapor manifiestan que no están de acuerdo ni en cómo se ha realizado la propuesta, ni en el contenido de ciertas partes de la misma, que son “un claro ataque y rechazo a la parte mayoritaria de la producción de cerdo ibérico de España: el ibérico de cebo”. Por esta razón, Anprogapor ha sido la única organización que se ha opuesto al documento aprobado en la Asamblea de Asici. Según señalan los productos de cerdo ibérico de cebo no sólo aseguran una calidad diferenciada al consumidor, si no que además son de vital importancia para fijar empleo en el tejido industrial, evitando la temporalidad inherente a las producciones de montanera.

Según los datos oficiales del RIBER (Registro informativo de organismos independientes de control del ibérico), en el año 2011 se inspeccionaron bajo la Norma de Calidad en España 2.621.098 animales. Por categorías de alimentación, 475.063 animales son de bellota (18,12 por 100), y 2.094.204 (79,88 por 100) de cebo, repartiéndose el resto entre 33.116 de cebo de campo y 15.715 de recebo. En cuanto al tipo genético, la mayoría de los animales son ibéricos, 2.464.099 (94 por 100), frente a sólo 156.199 ibéricos puros (6 por 100).

Según señala Anprogapor, en la coyuntura económica actual, “la única categoría de ibérico que, no sólo se ha mantenido sino que ha aumentado su producción, ha sido el cerdo ibérico de cebo por situar un producto diferenciado y de calidad al alcance de los consumidores”, por lo que “el mercado, el consumidor, la industria y el productor han apostado por el cerdo ibérico de cebo”.

Desde Anprogapor han defendido la existencia de dos categorías en el sector del cerdo ibérico: ‘bellota’ y ‘cebo’. Para la asociación ambas son identificables por el consumidor y reflejan diferencias objetivas entre ellas ya que en el ibérico de bellota el cerdo ha de procurarse su alimento a base de bellotas y pasto, y al ibérico de cebo, criado en granja, se le proporciona diariamente el alimento a base de piensos formulados con cereales y oleaginosas para potenciar y asegurar un desarrollo músculo-esquelético óptimo.

Para Anprogapor, las producciones de cebo son de muy diversa índole, manteniendo siempre en común la raza o las razas empleadas y la alimentación suministrada a estos animales. La decisión de cómo se crían esos animales y la forma de administrar la alimentación debe ser tomada por el productor conjuntamente con el comprador. De tal forma que hay cerdos de cebo producidos en granjas con patios, en granjas sobre cama de paja, o en granjas sobre emparrillado de hormigón. Cada sistema tiene sus ventajas y sus inconvenientes, por eso “no se puede aceptar en ningún caso que desde Asici se trate de imponer un sistema de producción para el cebo”. Por ello, Anprogapor no puede “compartir la propuesta de Asici de imponer patios exterioes, ya que debe ser una decisión del productor/comprador”.

Además señalan que “la denominación actual de los productos comercializados según la Norma de Calidad deben mantenerse tal como refleja el presente Real Decreto y como reflejaba el anterior Real Decreto de 2001: ‘ibérico’ e ‘ibérico puro’. Un cambio en alguna de estas denominaciones o que el ibérico puro robara el nombre comercial de ‘ibérico’, sería una grave alteración del mercado donde los consumidores que mayoritariamente compran ibérico se encontraría con un cambio estructural en el producto”.

Por último Ancoporc remarca que el sector ibérico de cebo está soportando una “profunda” crisis por los altos precios de las materias primas y la dificultad de trasladar los costes de producción a lo largo de la cadena, por lo que “para mantener la viabilidad de un sector que ha encontrado un nicho de mercado exclusivo para el ibérico de cebo, es necesario redituar el producto en función de las necesidades actuales del consumidor español”. “Para ello, la Norma de Calidad debe ser una aliada y no un freno que eche por tierra años de trabajo en mejora genética, sanitaria, de manejo e instalaciones del ibérico de cebo”.

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