Interporc está desarrollando una campaña de comunicación para recordar que la carne de cerdo y sus productos derivados, gracias a su adecuado aporte de proteínas y minerales, son una buena opción de alimentación para los jóvenes que en estos días afrontan su ‘vuelta al cole’, y también los madrugones y la rutina de estudio olvidada por los más peques durante el verano. Tras los meses de vacaciones, las primeras semanas de colegio se pueden hacer cuesta arriba. Una buena alimentación es fundamental para afrontar esta “vuelta al cole” con la energía necesaria.
Los productos cárnicos derivados del cerdo, como el chorizo o el jamón, son adecuados en la dieta infantil, ya que son fuente de hierro, que contribuye al desarrollo cognitivo normal de los niños. Además, el hierro ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. En este sentido, cabe destacar que el retraso en la introducción de carne a la alimentación durante la infancia se asocia con carencias de este mineral, deficiencias que pueden afectar al rendimiento del niño en el colegio.
Por otro lado, el aporte de proteínas y fósforo de la carne de cerdo y sus productos derivados son necesarios para el crecimiento y el desarrollo normales de los huesos en los niños. Por este motivo, tanto las proteínas como el fósforo son fundamentales a la hora de establecer una rutina diaria de alimentación para los niños.
Durante la hora del almuerzo, en el recreo del colegio, el tradicional bocadillo a base de productos cárnicos, como el jamón, el lomo o el salchichón, es una opción recomendable, ya que su energía y nutrientes se ajustan perfectamente a las recomendaciones nutricionales. Su aporte energético medio es de unas 230 kcal, lo que corresponde a un 13 % de la energía diaria total, ajustándose a las recomendaciones de energía para estas ingestas (10 – 15 %).